Formada por cinco películas estrenadas a lo largo de cuatro décadas y con una serie asomando en el horizonte, no hay duda de que Rambo es una de las sagas de acción más icónicas de la historia del cine, pero también es cierto es que pudo haber terminado mucho antes. Concretamente con su tercera película, Rambo III, que fue estrenada en el año 1988 bajo la batuta de Peter MacDonald como director y de nuevo con Sylvester Stallone al frente en la piel del personaje protagonista.
Estrenada en 1982 como resultado de la adaptación de la novela homónima de David Morrell en 1972, Acorralado no solo demostró que llevar la historia del veterano de Vietnam John Rambo a pantalla era posible, sino que fue un auténtico éxito y añadió un nuevo hit a a la carrera de Stallone, que ya estaba en plena cresta de la ola en Hollywood gracias a su trabajo en Rocky. Así, tras el éxito de la primera película, comenzaría una franquicia que se ha mantenido muy viva desde entonces, pero que nunca ha llegado a igualar el éxito amasado en su debut.
Mientras que la primera película siempre ha sido la mejor valorada y más querida, la más exitosa comercialmente fue sin duda la segunda, Rambo: Acorralado II, que se estrenó tres años después y amasó más de 300 millones de dólares. Sin embargo, tras el éxito de aquella primera secuela, un exceso de confianza en el futuro de la saga pudo acabar para siempre con la franquicia: estrenada en 1988, Rambo III fue la película más cara jamás realizada en su momento, pero la estuvo muy lejos de las buenas cifras de su predecesora y su fracaso fue inevitable.
Hoy, Rambo III puede verse en abierto en TDT: el canal Be Mad emite la tercera parte de la franquicia Rambo a las 22 horas.
Secuela directa de la segunda película, Rambo III eligió como escenario la guerra afgano-soviética y retomó la historia del veterano de guerra John Rambo (Stallone) en un momento de su vida en el que ha renunciado a la violencia. Afincado en un monasterio regido según las costumbres budistas el protagonista ha encontrado la tranquilidad: cree que sus manos ya han derramado suficiente sangre y está dispuesto a pasar página. Sin embargo, tras recibir la noticia de que su viejo amigo y antiguo mentor, el coronel Trautman (Richard Crenna), ha sido hecho prisionero por el ejército ruso y ahora está amenazado de muerte, se da cuenta de que es el único que puede salvar a su amigo.
Así, tras haber dejado atrás su pasado, el ex soldado de élite decide correr en ayuda de Trautman. Al principio solo quiere salvar una vida, pero cuando la situación amenaza con descarrilarse, Rambo no ve otra opción y deja un verdadero caos a su paso para salvar la vida de su amigo.
Con un presupuesto de más de 60 millones de dólares, Rambo III fue en su día la película más cara que se había producido, pero su recaudación fue peor de lo esperado: con 189 millones en taquilla, la tercera entrega de la cinta se quedó muy lejos de los 300 que había recaudado Rambo II, que solo había costado 25 millones.
Asimismo, la película no fue objeto de buenas críticas y Stallone, que además de protagonista era guionista, ganó el Razzie a Peor actor.
Como consecuencia del batacazo, la saga llegó a su fin... Al menos momentáneamente. En 2008, 20 años después de aquello, la franquicia resucitó con una cuarta película llamada John Rambo a secas, que funcionaba como secuela de la tercera película y que el propio Sylvester Stallone se encargó de dirigir. Diez años después llegaría una quinta, Rambo: Last Blood (2019), que fue un sonado fracaso económico y que finalmente puso el broche de oro a la saga de películas de acción.
