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    La venganza de los marginados con abanicos: 'Disco, Ibiza, Locomía' podría haber sido un drama, pero nunca pierde su ternura
    Sara Heredia
    Sara Heredia
    -Redactora jefe SensaCine
    Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

    Kike Maíllo dirige el 'biopic' de una de las bandas más famosas de los 80 y 90 en España

    Últimamente la fiesta de los 80 en España nos está dejando grandes piezas. La primera que se me pasa por la cabeza es La ruta, la serie española estrenada por Atresplayer Premium que retrata la famosa Ruta del Bakalao. Su gran acogida dio pie a crear un pequeño universo televisivo y ya preparan la segunda temporada, centrada en Ibiza. Precisamente en este lugar es donde se desarrolla Disco, Ibiza, Locomía, la película sobre el famoso grupo español que nació en las discotecas de la isla y se convirtió en un fenómeno mundial antes de que todo se echara a perder. La cinta se estrena el 17 de mayo y se suma a esta pequeña explosión por viajar a la locura que fueron aquellos años post-franquistas.

    Dirigido por Kike Maíllo, este ‘biopic’ no es un mero repaso a la carrera de una banda -que también- sino un vistazo positivo a lo que pudo haber sido y nunca fue. Posiblemente muchos espectadores ya conozcan la historia entre bastidores de Locomía, pero servidora era una ignorante absoluta de su trayectoria y ha sido un auténtico goce poder conocer los hechos con una narración clara, con ritmo y mucho atractivo.

    Disco, Ibiza, Locomía
    Disco, Ibiza, Locomía
    Fecha de estreno 17 de mayo de 2024 | 1h 44min
    Dirigida por Kike Maillo
    Con Jaime Lorente, Alberto Ammann, Alejandro Speitzer
    Medios
    2,5
    Usuarios
    2,9
    Sensacine
    3,5

    Disco, Ibiza, Locomía usa como excusa el juicio con José Luis Gil, productor, en 1993 para contar cómo nació la banda. Unos años antes, Xavi Font, junto a sus amigos Lurdes Iribar y Manolo Arjona, llegaron a Ibiza con la intención de triunfar en el mundo de la moda. Sabían que tenían que estar en las grandes discotecas de la isla para poder ser vistos y su paso a la fama es el KU. Allí llegan con sus abanicos y sus 'looks' únicos y llaman la atención de Gil, quien les comenta la posibilidad de probar suerte en la música.

    En tan solo unos años, esos amigos que se lo pasaban en grande diseñando ropa y organizando fiestas en su casa ante las que Sodoma y Gomorra no tenían nada que hacer coparon las listas de grandes éxitos y giraron por Latinoamérica como auténticos ídolos. Entre medias, rupturas de amistades, egos, difíciles decisiones empresariales y, sobre todo, mucha droga. Era finales de los 80 en España y Maíllo no se corta a la hora de mostrar narcóticos en pantalla. Nadie oculta que el vicio corría por Ibiza y que Locomía dio buena cuenta del polvo blanco.

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    Al frente un Jaime Lorente que consigue distanciarse del Denver de La casa de papel que le llevó a la fama. El actor tiene aquí un papel protagonista, no siempre amable, en el que puede mostrarse como el intérprete polifacético que es. Nada exagerado ni impostado, Lorente mantiene el tipo mientras conduce la historia. Es él el que brilla, aunque digno de mención también es el trabajo de Alberto Ammann, un actor que sorprende con cada papel que afronta y que le queda poco que demostrar.

    Más allá de Ibiza: la superación de los marginados

    La cinta de Kike Maíllo le da a Ibiza y a las fiestas en las que fue naciendo el fenómeno Locomía una gran importancia en la trama, pero no es eso lo que quiere contar. Lo que resuena en cada escena es la venganza de los marginados y cómo Xavi Font y los suyos fueron a contracorriente a pesar de que esto les jugó muy malas pasadas.

    No recuerdo las veces que se dice la palabra ‘maricón’ en Disco, Ibiza, Locomía, pero son las suficientes para aclarar que ninguno de ellos tapó su personalidad durante sus años en la isla. A pesar de que Ibiza era el lugar de moda en el que estar, los españoles seguían sintiendo grandes prejuicios contra las personas diferentes. Este grupo de amigos paseaba su diversidad por las calles y no solo fue objeto de ataques de odio -como el incendio de su casa- sino que la industria también les quiso esconder.

    José Luis Gil, atendiendo a lo que él creía que eran las necesidades del público en ese momento y al más puro estilo Beatles, ocultó la vida personal de los miembros de la banda y les prohibió hacer alusión a su homosexualidad o bisexualidad. Acostumbrados a mostrarse libremente, esta norma terminó por pesar en ellos y fue uno de los motivos que propició su fracaso. Maíllo le da mucho peso a su falta de libertad y consigue transmitir al espectador la losa que llevaron sobre los hombros para poder triunfar.

    Se pueden sacar muchas conclusiones del fracaso de Locomía, pero el director prefiere quedarse con la más positiva y reivindicar, por encima de sus errores -que los hubo, y gordos-, el cariño que siempre existió entre ellos. La ternura siempre sobrevuela la cinta y evita que los hechos caigan en una pelea abierta donde sobrevuelan los puñales y el egoísmo marca el paso.

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