Si hay una recomendación que puedo hacer al espectador antes de ver Abigail es que cuanto menos sepa de ella mejor. El tráiler cuenta casi todo lo que hay que saber sobre la película: estamos ante un disparatado 'thriller' de terror cargado de chistes y gore. Y es que el giro, que todo el que conozca el material promocional sabe, no se descubre hasta casi la hora del metraje. Pese a todo, la película es una de las más esperadas de la primavera, no sólo por los fans de los directores de Noche de bodas, sino por los aficionados al terror en general. Esto se debe a que el dúo responsable de las dos últimas películas de Scream (Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett) dirige su propia película de monstruos de la Universal: con esta especie de 'remake' de La hija de Drácula.
La película se une a un largo legado de películas de monstruos, añadiendo otro vampiro al largo e histórico canon de la Universal. Sin embargo, parece una producción de Blumhouse, porque se nota la economización de medios ya que es un filme rodado casi en su totalidad únicamente en un escenario (una laberíntica mansión) y con pocos personajes, por lo que los realizadores han puesto su empeño -y gran parte del presupuesto- en lograr unos efectos visuales gore de lo más potente. ¡Y vaya si lo han conseguido! Todo ello en una cinta que navega a caballo entre la comedia de terror y el ‘slasher’.
La historia arranca con el equipo protagonista secuestrando a la joven bailarina Abigail (una impresionante Alisha Weir) y exigiendo un cuantioso rescate a su acaudalado padre. El hecho de que seamos testigos de cómo se forja su amistad desde cero, hace que sus reacciones y temores parezcan más orgánicos. Estos criminales han acordado no compartir sus nombres reales para garantizar el anonimato en caso de que alguno de ellos sea detenido; su jefe para este trabajo (Giancarlo Esposito) les bautiza con nombres en clave. Pero la noche avanza y poco a poco van descubriendo un sangriento secreto que se esconde tras la apariencia cándida de la pequeña.
Cuando el terror adopta la forma de una niña de 12 años: llega a las salas ‘Abigail’, nueva sensación del cine vampíricoComo ya sabemos -y desconocemos si intencionadamente o no a través del material promocional del filme- el secreto que guarda la pequeña Abigail, los directores demuestran gran saber hacer a la hora de mantener la tensión y el interés. El buen reparto ayuda, y a pesar de su papel anodino, Melissa Barrera es un gran gancho para el público de género. La actriz repite a las órdenes de los realizadores -que se hacen llamar Radio Silence- tras las dos últimas entregas de Scream y otra cinta de terror como Reposo absoluto. Por lo que, sin duda, estamos ante la 'scream queen' del momento.
Los mejores momentos de Abigail son las escenas en las que el personaje de Dan Stevens y la joven vampiro encarnada por Alisha Weir (no veíamos algo así desde Kirsten Dunst en Entrevista con el vampiro) se enfrentan, ya que la interpretación de ambos está a un nivel de locura con el que el resto del reparto sólo puede soñar. Ninguno de los dos tiene reparos en abordar el material que tienen entre manos de una manera muy desenfadada. Es de agradecer, que Stevens haya dejado aparentemente de lado su carrera como héroe de acción para interpretar a tipos desquiciados con graves complejos. Del mismo modo, los directores dan lo mejor de sí mismos cuando se inclinan por el gore, haciendo implosionar a los vampiros en un baño de sangre que salpica hasta las lentes de las cámaras.
Es una pena que el argumento no guarde grandes sorpresas y que esta esperada nueva película de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, se quede en un festín gore con buenas dosis de humor pero alejado de las sobresalientes Scream VI y Noche de bodas. No es una mala película ni mucho menos, sólo que no está todo lo inspirada que debería. Si te gustan las películas de serie B hechas con presupuesto y buscas específicamente pasar un rato muy divertido -y empaparte de sangre- este filme es para ti.