No todos los días un estudio como Disney cumple cien años. Y es que en este siglo de cortometrajes, películas, parques de atracciones y, ahora, servicios de streaming, le ha dado tiempo a prácticamente todo. Fueron pioneros en la industria, estuvieron a punto de fracasar para siempre, vivieron un épico renacimiento y después cayeron en la compra de sagas como Marvel, Star Wars o el catálogo completo de Fox hasta que hubo quien les acusó de monopolio. Y claro, ¿cómo no celebrar una existencia tan prolífica y definitoria para la historia del cine como la suya con una película auto-laudatoria como Wish?
When you wish upon a film
Wish es, básicamente, una carta de amor a la propia Disney en la que aparecen detalles continuos a la trayectoria del estudio, desde los siete amigos de Tasha que recuerdan a los enanitos de Blancanieves hasta la calabaza de Cenicienta o la cabra que habla que, según algunos, es el ancestro más lejano de los animales de Zootrópolis. Pero entre todo este maremágnum hay una persona que destaca: su villano, llamado, irónicamente, Magnífico.
Magnífico no solo tiene las mejores canciones de la trama, sino que su plan no es tan malvado. De hecho, uno se pregunta cómo es posible que no tenga una unión con otros personajes Disney hasta que llega su final. Y es que, cuando es encerrado dentro del espejo, aparece, durante un momento... ¡El Espejo Mágico de Blancanieves! Así que sí, efectivamente, ahora sabemos de dónde vino ese personaje, si es que alguna vez os lo habíais preguntado.
Por cierto, si podéis echar un vistazo al libro de arte de Wish os lo recomiendo profundamente, porque muestra lo que pudo ser la película y jamás veremos, incluyendo una lucha final mucho más épica u otros escenarios que le habrñian aportado más variedad. Y es que, al final, la magia del cine se hace en un estudio de montaje, como toda la vida.