No todos se han parado a pensar que si hay un Robert Downey Jr es porque debe haber, a la fuerza, un Robert Downey Sr. Y no solo eso: el progenitor del protagonista de Iron Man es uno de los autores más icónicos del cine underground de mediados de los 60 y los 70, entre la contracultura, el bajo presupuesto y el odio a lo establecido. En 2021, a los 85 años, falleció en Nueva York, dejando para la posteridad una carrera repleta de obras interesantes que muchos ni siquiera se han preocupado en intentar descubrir.
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El hijo de Bob
Todo cambió para Robert Downey Sr en 1965, cuando él y su esposa Elsie tuvieron su segundo hijo, Robert Jr. Solo que él no lo sabía, porque su modus operandi no cambió lo más mínimo: él era un drogadicto, su esposa una alcohólica y su hijo tuvo acceso a la marihuana y la cocaína antes siquiera de llegar a la pubertad… Y, de hecho, se convirtió en la manera de conectar entre ambos (lo que explica mucho de los problemas posteriores del actor).
Antes de que esta unión padre-hijo-droga naciera, Robert Jr ya interpretó su primer papel en una de las comedias absurdas de su padre, Pound, basada en su propia obra de teatro underground y en la que varios perros, un gato y pingüino esperan la eutanasia. Un ambiente muy sano en el que meter a tu hijo de cinco años, sin duda: Bob Downey, como apareció en créditos, hacía de un cachorro, como no podía ser de otra manera.
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En 1983, a los 18 años, Robert Downey Jr apareció en la primera película no dirigida por su padre, Baby, eres… tú. El resto ya nos lo sabemos: fue evolucionando y subiendo en la escalera de Hollywood hasta llegar a lo más alto, solo para caer por culpa del abuso de drogas y volver a subir gracias a Marvel, ya limpio del todo. Y que siga así muchos años.