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    Sydney Sweeney sirviendo coño: 'Immaculate' es una hora y media de disfrute sangriento y monjas vengativas
    Sara Heredia
    Sara Heredia
    -Redactora jefe SensaCine
    Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

    La actriz se embarca en un festival de sangre y 'gore' realmente entretenido

    Hay veces que sales del cine maravillado por la sensibilidad de lo que acabas de ver. Otras, motivado por la pura energía de un guion con ritmo y dinamismo. Extrañamente, en un punto entre medias se encuentra Immaculate, la película dirigida por Michael Mohan que ha salido adelante gracias al empuje de Sydney Sweeney, aquí actriz protagonista pero también productora y principal arma de promoción de una cinta que no debería pasar desapercibida.

    El filme, que se estrena el 1 de mayo, es un digno heredero de La semilla del diablo y del 'nunsploitation' que tuvo lugar en la década de los 70 y que parece estar resurgiendo en los últimos años. Una cinta de hora y media entretenida y realmente disfrutable para los amantes de la sangre y el despiporre vengativo de una monja embarazada.

    Immaculate
    Immaculate
    Fecha de estreno 1 de mayo de 2024 | 1h 29min
    Dirigida por Michael Mohan
    Con Sydney Sweeney, Álvaro Morte, Simona Tabasco
    Usuarios
    2,6
    Sensacine
    3,5
    Ver en Amazon Prime Video

    Immaculate comienza cuando la joven hermana Cecilia abandona su Detroit natal para internarse en un convento en Roma. Pronto se da cuenta de que los muros del centro esconden muchos secretos y que no todas sus compañeras tienen el mismo espíritu de fe que las superioras le han transmitido a Cecilia al llegar. A los pocos días de estar allí, entre confesiones y rosarios, la protagonista empieza a experimentar problemas de salud.

    Resulta que ha sido bendecida y que, al más puro estilo de la virgen María, espera un bebé concebido sin pecado.

    Diamond Films

    Repaso brevemente la historia de cómo este proyecto ha salido adelante para que todos conozcan al tipo de profesional que es Sydney Sweeney, una actriz que en las últimas semanas ha tenido que aguantar todo tipo de críticas debidas, principalmente, a su físico y a su poca credibilidad como intérprete -y como productora-. No os equivoquéis, estamos ante la próxima Margot Robbie.

    Allá por 2014, Sweeney se encontraba entre las elegidas para protagonizar Immaculate. El proyecto nunca llegó a ver la luz y, tras años de retrasos, cuando los derechos quedaron liberados y la actriz había alcanzado cierto nivel de poder adquisitivo tras su paso por Euphoria, decidió comprar ella misma la producción. Ha sido la encargada de llamar a Michael Mohann para ser el director, de supervisar al elenco y de asegurarse de que esta vez sí llegaba a cines.

    Estamos, por tanto, ante un proyecto personal de la actriz de moda que, al mismo tiempo, encaja con una denuncia social muy extendida: las nuevas políticas abortistas. Se ha hablado mucho de que se estrene tan solo unas semanas después de La primera profecía, otra película de monjas, milagros y embarazos no deseados. Medios como Vulture han analizado el pequeño 'boom' de cintas similares que ha surgido tras la anulación del caso Roe v. Wade por parte de la Corte Suprema. Ahora que ciertas partes de Estados Unidos han viajado al pasado para privar a las mujeres de derechos es inevitable que surjan este tipo de películas que se pueden definir como un 'zasca' sangriento en la boca de todos los detractores del aborto.

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    Pero, volviendo a la cinta, Immaculate es una grata sorpresa para disfrutar en la butaca de cine. Se divide en dos partes muy diferenciadas. La primera es una inmersión lenta en ese claustrofóbico convento de Roma que está dominada por el terror psicológico más tradicional. Figuras misteriosas, sustos predecibles y una cuidada estética nos ayudan a comprender que las monjas no están a salvo.

    Sin embargo, nada te avisa de que la segunda parte cambia radicalmente. La hermana Cecilia se harta de ser un títere y empieza su plan de venganza -y no diremos más para mantener ese factor sorpresa tan agradable-. Immaculate es el perfecto ejemplo gráfico para explicar qué significa la frase 'servir coño'. Es lo que hace Cecilia con sus superiores en el convento y, a su vez, lo que Sydney Sweeney ha perseguido en la vida real para decir bien alto que no solo es la cara bonita de Euphoria.

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