Corría el año 2014 y una joven Sydney Sweeney todavía andaba buscando su hueco como actriz. Le llegó un guion que transcurría en un convento y, aunque pasó la prueba y fue escogida como la hermana Cecilia, el proyecto nunca llegó a realizarse. Sweeney había quedado fascinada con el papel que, una vez que se liberaron los derechos y tuvo capacidad económica, no dudó en comprar el libreto y empezar a preparar la producción.
Diez años después ha cumplido su sueño y el 1 de mayo se estrena en nuestro país Immaculate, una cinta de terror con la actriz en el papel protagonista y representación española gracias a Álvaro Morte, quien interpreta a uno de los curas con los que establece relación la inocente Cecilia.
"Immaculate era un sueño de Sydney Sweeney. Ella, con 16 o 17 años, se presentó a un casting para hacer este personaje de la hermana Cecilia. Le mandaron un guion, se preparó el personaje para el casting y se quedó enganchada", cuenta Morte en una entrevista con SensaCine, "La película no acababa de salir. Ella llamaba todos los años y no salía. Hasta que al cabo de los 10 años se liberaron los derechos y ella, en la situación en la que se encuentra ahora mismo, se pudo permitir decir: 'Vamos a levantar esto'. Adquirió los derechos para levantarla por sí misma. O sea, que es un sueño que tiene desde hace 10 años, con lo cual me parece muy bonito y me ha gustado mucho haber formado parte de él".
Morte se cruzó con Sweeney en una gala que tuvo lugar en España. Algo debió de ver la actriz en él que le hacía perfecto para el papel del padre Sal Tedeschi, uno de los miembros del convento que trastocan la realidad de la recién llegada. La hermana Cecilia abandona su Detroit natal para internarse en un monasterio italiano. Toda la inocencia con la que llega se va desvaneciendo a medida que se da cuenta de que hay intenciones ocultas entre sus superiores.
Hay una sensación de grandeza, como de templo. Llegas al set y se convierte en una cosa casi mística. Cuando ruedas en un edificio con tanta historia, como en el que grabamos nosotros, ambientado como si fuera un convento, con toda la figuración, las monjas alrededor... Hay una sensación de: 'Wow, ¿qué estamos haciendo?'
Esa sensación de grandeza no intimidó a Morte, quien decidió distanciarse de la ficción para poder cuidar de su salud mental. "Yo no soy un actor de método. A mí me encanta llegar al rodaje y ponerme el traje del personaje, pero es verdad que no dejas de trabajar en él. Estás continuamente pensando en cómo vas a solucionar determinada secuencia, pero sin que haya una conexión emocional. Es un poco de salud mental, a mí personalmente me afectaría", zanja el actor.
Immaculate es una cinta de terror 'gore' y violenta que, aunque ha tirado un poco de trabajo por ordenador, sus secuencias más explícitas están rodadas con efectos tradicionales. Casi todo lo que vemos en pantalla existió en el rodaje. "Como todo el mundo sabe, el cine es absoluta ficción y es un mecanismo que juega con la mentira para que luego en la pantalla todo sea de verdad. Entonces, en el rodaje, esa parte, al ser una película de terror, está más alejada todavía de la realidad. Ha sido absolutamente divertido grabar la película, no tiene nada que ver con lo que ves luego.
El director, Michael Mohan, es un tipo encantador, simpatiquísimo, así como muy blandito, nos abrazaba muchísimo... Luego piensas: 'pero tío, ¿cómo has sido capaz de rodar esta cosa?'. El terror prefiero que lo veas tú, yo prefiero rodarlo
Immaculate es una cinta salvaje, sorprendente y entretenida que se estrena el 1 de mayo en cines.