Tras el éxito de Depredador (recaudó 98 millones frente a los apenas 15 que costó), obviamente en Fox querían, sí o sí, una secuela cuanto antes, y se la encargaron a los hermanos Thomas, los mismos que hicieron la primera entrega. Y no dieron una, sino seis ideas, entre las que destacó una: poner a la criatura en una jungla urbana. O sea, sabiendo que la película era americana, tenía que ser Los Angeles durante una ola de calor. Tardaron tres semanas en hacer el guion, y, tristemente, nunca cosechó el éxito de la original.
Depredando
Dicho sea de paso: el cast no era tan atractivo como podría haber sido. Y es que originalmente estaban tratando de juntar a Patrick Swayze y Arnold Schwarzenegger, e incluso poner como nuevo protagonista a Steven Seagal. El problema es que el actor quería interpretarlo a su manera, añadiéndole dos rasgos más de personalidad: uno, que fuera un psiquiatra de la CIA. Dos, que fuera un experto en artes marciales. Al final, cuando le rechazaron a él y Schwarzenegger decidió no volver, no les quedó más remedio que tirar con el co-protagonista de Arma Letal, Danny Glover.
El resultado es interesante pero extraño. Tanto, que incluso no nos resulta tan raro ver un mensaje secreto en el guantelete de uno de los depredadores cuando, en el almacén, empieza a funcionarle mal: si pausas en el momento adecuado, podrás leer la frase "Marry Me, Poynter". O sea, "Cásate conmigo, Poynter". Y si te estás preguntando cómo acabó la historia o quién era ese tal Poynter, la respuesta es... muy bien. Donald Poynter, que trabajaba en el animatronic, se propuso así a su novia de entonces, y actualmente llevan más de 30 años casados.
Lo que una Predator, que no lo separe el hombre, desde luego. Poynter contó, años después, que consiguió colar el mensaje a última hora, que apenas dura unos pocos fotogramas, pero puede leerse claramente. Al principio solo tenía claro que quería poner su nombre como fuera en algún lado, pero acabó pensando en grande. El resultado fue más exitoso que la propia Depredador 2.