El calendario sigue descontando los días y cada vez resta menos para disfrutar de la gran noche de la moda, que no es otra que la MET Gala que se celebra la noche del primer lunes de mayo desde 1948, cuando una publicista del mundo "fashion" tomó las riendas del evento y comenzó a organizarlo. No obstante, aquellas primeras veces el acto no se emplazó en primavera, sino que su origen tuvo lugar el 1 de diciembre de aquel año, cuando las entradas costaban 50 dólares. Actualmente pueden alcanzar hasta los 35.000 por invitado. Eso sí, la finalidad sigue siendo la misma, recaudar fondos para el Costume Institute.
La cita fue cambiando de fecha y emplazamiento, pero en 1972 con la llegada de la que por aquel entonces era editora de Vogue, Diane Vreeland, todo empezó a estandarizarse. La lista de invitados se engrosó, así como el caché de los mismos y los "looks" que estos llevaban comenzaron a ser más elaborados. Hasta los famosos escalones del museo llegaron artistas como Warhol o Cher, una de las más icónicas en su paso por ellos a lo largo de los años, o socialités como Jackie Kennedy.
En 1973, Vreeland impuso por primera vez una temática, que en ese caso fue Balenciaga, pero con la llegada de Anna Wintour, la actual organizadora y anfitriona de la MET Gala, fue la encargada de fijar la noche del primer lunes de mayo como la fecha marcada en el calendario.
A partir de 2004 todo comenzó a rodar como hasta ahora y desde entonces hemos visto desfilar a "celebrities" con estilismos increíbles en diferentes sentidos. Y si te preguntas por qué nos guardamos el "look" de Sarah Jessica Parker de 2006 en el corazoncito de entre todos, tranquila, que te explicamos el porqué.
Aquel año se celebraba la temática de Anglomania, que es la imitación de forma exagerada y con admiración de todo aquello lo relacionado con la cultura anglosajona, algo que está muy presente en moda por ejemplo con la firma de Vivienne Westwood, conocida como la dama del punk.
Sin embargo, la eterna Carrie acudió de la mano, literalmente, de otro de los grandes de la moda británica, Alexander McQueen, el talentosísimo diseñador que se suicidó en febrero de 2010. Es por eso, por lo que simboliza su presencia y la fuerza de sus creaciones, junto a la unión con la actriz, lo que hace de su aparición conjunta con la intérprete uno de nuestros momentos favoritos de la historia de la MET Gala.
Teniendo en cuenta la temática del evento de 2006 y los orígenes del creador, la pareja asistió a la cita con dos "looks" a conjunto que tomaban como base el tartán de la familia de McQueen, porque sí, originalmente cada clan, esto proviene de la cultura escocesa, tiene un kilt concreto, único.
Además de esta tradición, estaban presente los diferentes elementos de la estética de Alexander McQueen: el punto gótico, los volúmenes, el uso del tul... Un sueño para cualquier amante de la moda. Y sobre todo, ¡cómo es eso de haber podido subir los 72 escalones del museo en tal compañía!