Disney caminó por una travesía por el desierto durante la primera mitad del siglo XXI, con películas que no terminaban de funcionar, como Descubriendo a los Robinson, Bolt, Hermano oso o Zafarrancho en el rancho. Sin embargo, con Frozen, en 2013, consiguieron por fin resucitar. Y de qué manera: desde entonces, y con excepciones como Strange World, Wish o Raya y el último dragón, cada película de Disney es un evento cinematográfico. Pero puede que ninguna tanto como Vaiana.
De nada
Curiosamente, Vaiana nació de la imposibilidad de hacer una adaptación de Mort, el libro de Terry Pratchett: John Musker y Ron Clements plantearon tres ideas a Disney para ir desarrollando, una de las cuales narraba la historia del demidios Maui. Para informarse bien antes de aprobar la película, John Lasseter les pagó varios viajes a la Polinesia para investigar. Sí, ya sé que estás pensando que tu jefe no te manda a la Polinesia. Cosas de trabajar para Disney.
Vaiana fue tal éxito que poco después de su estreno hizo un crossover con Frozen, Pero no en ninguna de las dos películas, sino en el corto Érase una vez un muñeco de nieve, en el que Olaf mira por un estereoscopio para intentar averiguar qué es el verano y allí se encuentra, de manera indudable, con las playas de Vaiana, solo que sin sus personajes principales. Esto indica que ambas conviven en el mismo universo, aunque es probable que jamás se vayan a encontrar.
¡Ah! En el corto también aparecen brevemente los lugares que aparecen en Enredados y Zootopía. ¿Hay, en algún sitio del mundo de Vaiana y Frozen, una ciudad donde los animales parlotean? Si lo hacen los muñecos de nieve, todo es posible, ¿no?