Acaba de debutar en el Festival de Cine de Cannes y ha dejado a la gente un poco descolocada, pero la película en la que Francis Ford Coppola lleva trabajando los últimos 40 años, Megalopolis, por fin es una realidad. Aunque aún no tiene fecha de estreno ni distribuidora, es posible que podamos verla llegando en las salas de cine comerciales como todo un "acontecimiento cinematográfico" en este 2024. Para sacarla adelante, el director de El Padrino y otras obras maestras del cine ha utilizado su propio dinero, nada menos que 120 millones de dólares, pero está absolutamente feliz de haberlo hecho. Según contó en la presentación de película, haber arriesgado en su día para montar una bodega, es lo que le ha permitido hacerla, así que no teme en absoluto asumir un nuevo riesgo ahora: "Simplemente tomé el dinero de eso y no lo habría tenido si no hubiera corrido el riesgo y lo hubiera puesto en la película".
Antes de Megalópolis, ha habido muchas otras películas que ha tardado décadas en hacerse. Algunas, como Boyhood (Momentos de una vida), por voluntad propia al servicio de su historia, mientras que otras, sencillamente, se han encontrado con problemas en el camino y han acabado siendo un infierno de producción, en muchas ocasiones sin final feliz.
Una de los procesos de producción más largos de la historia pertenece a la película Mad God, una película de fantasía y terror de corte experimental que finalmente pudo ser una realidad en el año 2021, tras haber estado 30 años en el limbo.
Desarrollada por el director y artista de efectos visuales Phil Tippett, la película de animación stop-motion necesitó tres décadas y un empujón de autoestima, pero acabó siendo una sorpresa en su estreno en Shudder, la famosa plataforma de 'streaming' especializada en terror, tras su previo paso por el prestigioso Festival de Cine de Locarno.
Tippett había comenzado a trabajar en su proyecto a finales de los años 80, mientras trabajaba en los efectos visuales de RoboCop, pero lo abandonó unos años después, tras su trabajo en Jurassic Park. Según parece, Tippett se dio cuenta mientras trabajaba en la película de Steven Spielberg de que los tiempos habían cambiado, que el stop-motion había dado paso al CGI y que no había marcha atrás. Así, decidió aparcar su proyecto.
Sin embargo, veinte años después de aquello, acabó regresando a Mad God, en parte animado por sus compañeros del estudio: "Eran los chicos que habían crecido con Robocop y todo eso y eso es lo que querían hacer: trabajar con luces, modelos y cosas tangibles", contó a The Guardian en la presentación de la película en Locarno, asegurando que, en sus charlas, siempre había futuros profesionales que le ofrecían trabajar en su proyecto y que no dudó en aceptar. "Los fines de semana recibía entre 15 y 20 personas. No todos tenían el talento o la habilidad, pero yo descubriría los procesos durante la semana. Les pedí que hicieran todo el trabajo pesado".
Asimismo, Tippett se ayudó de donaciones mediante la plataforma Kickstarter y, finalmente, en 2021, Mad God era una realidad: "Una corroída campana de buceo desciende en medio de una ciudad en ruinas. De este objeto emerge un asesino, con el fin de explorar un laberinto de paisajes extraños habitados por personajes de lo más grotesco", reza su sinopsis.
Una vez adquiridos los derechos por parte de Shudder tras su paso por Locarno, la película acabó teniendo una breve vida en las salas de cine, así como en la plataforma y también en AMC+ -donde actualmente puede verse en España-. Y la crítica se rindió a sus pies: con un 91% en Rotten Tomatoes, su puntuación prácticamente perfecta demuestra que la espera mereció la pena.