Cuando una película o serie funciona en alguna parte que no sea Estados Unidos, Hollywood está al acecho e intenta llevar a cabo su propia versión. Ha pasado con Los hombres que no amaban a las mujeres, con CODA y con Solaris. Eso, solo por poner algunos ejemplos. A veces, el resultado ha sido bueno. Otras, un desastre. En ocasiones, al director de la original no le ha parecido mal, pero también ha ocurrido lo contrario.
En 2009 se estrenó Déjame entrar, una película de terror sueca con vampiros basada en la novela homónima de John Ajvide Lindqvist. Dirigida por Tomas Alfredson, el filme -que contó con Lindqvist como guionista- fue todo un éxito. A la crítica le encantó y es considerada como uno de los mejores filmes de terror de todos los tiempos.
La historia sigue a Oskar, un niño de 12 años al que hacen 'bullying' en el colegio. Un día conoce a Eli, una misteriosa niña de su edad que vive con un hombre adulto y que se convierte en su única amiga.
Lo cierto es que Hollywood ya se había fijado en esta historia antes de que la película de Alfredson se mostrase al público. En 2008, los derechos para un filme en inglés de Déjame entrar fueron comprados por Hammer Films con Matt Reeves, director de The Batman, detrás de las cámaras.
Cuando Alfredson se enteró de que Hollywood quería su propia versión, no le gustó nada. Y eso que, originalmente, le pidieron que dirigiera el 'remake', pero lo rechazó. "Soy demasiado viejo para hacer la misma película dos veces y tengo otras historias que quiero contar", señaló en Total Sci-Fi Online.
El cineasta también dejó claro que no estaba de acuerdo con que se hiciera otra versión de su proyecto:
Si se hace un 'remake' es porque la original es mala. Y la mía no lo es
El propio Reeves reconoció su admiración por la película original y también que, inicialmente, no estaba de acuerdo con hacer el 'remake'. No obstante, la cosa cambió al leer el libro de Lindqvist. "Dije... que no debíamos hacer un 'remake'. Leí el libro y me cautivó y me intrigó mucho lo personal que era la historia. Pensé que John Lindqvist había escrito una historia excelente y que la adaptó para la película. Escribí a Lindqvist y le dije que no es que solo me sintiera atraído por la historia porque era una historia brillante, también por su aspecto personal. Me recuerda a mi infancia".
PESE A TODO, UN BUEN 'REMAKE'
Reeves, al adaptar la historia, la ambientó en Estados Unidos en la época de Ronald Reagan, los años 80, la misma que la de la novela, que transcurre en suecia. Al director le pidieron que cambiara la edad de los protagonistas, pero se negó: "Eso arruinaria la esencia de la historia y la cambiaría por completo... necesitamos esa inocencia".
Para los protagonistas, Reeves fichó a Chloë Grace Moretz como la vampiro Abby y a Kodi Smit-McPhee como el humano Owen. Para el compañero adulto de la protagonista, el cineasta contó con Richard Jenkins.
El resultado no fue nada mal. La película recibió críticas positivas. El consenso, como señala Rotten Tomatoes, fue el siguiente: "Similar a la original en todos los aspectos positivos, pero con suficientes cambios para que funcione por sí misma. Déjame entrar es ese 'remake' raro de Hollywood que no insulta a la inspiración".
Déjame entrar llegó a los cines en 2010 y Alfredson dijo lo siguiente en 2011 en IndieWire: "Fue un poco perturbador cuando me enteré porque todavía estaba trabajando en comercializar mi propia versión. Así que fue un poco rápido. Es algo muy personal trabajar con un libro durante varios años. Crees que es tuyo y luchas mucho por ello y luego escuchas que alguien más baila con tu novia, es extraño. Pero escuché que es una buena película y que hicieron un gran trabajo, así que no hay resentimiento. La veré".
No obstante, también hizo unas declaraciones poco después, en 2012, que parecían invalidar esa última parte de sus palabras. "Creo que hay algo deshonesto en copiar el trabajo de alguien. Creo que tiene mucha más fuerza si haces algo personal que sea original", dijo en Wall Street Journal.
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