Es una de las grandes leyendas del cine western por antonomasia, pero John Wayne no sólo era conocido por su participación en obras maestras del género como La diligencia, Centauros del desierto o El hombre que mató a Liberty Valance, sino también por sus creencias políticas desde conservadoras hasta de extrema derecha, que siempre expresó y de las que no se desvió ni un centímetro a lo largo de su dilatada carrera.
En 1973, incluso le escribió una carta enfadado a Clint Eastwood, ofendido por su película Infierno de cobardes, dirigida y protagonizada por Eastwood, y en la que le mostraba su desaprobación. "John Wayne una vez me escribió una carta diciendo que no le gustaba 'Infierno de Cobardes", contaría el actor con el tiempo. "Dijo que en realidad no se trataba de las personas que fueron pioneros del Oeste". Sin embargo, lejos de ofenderse, Eastwood lo atribuyó a la diferencia de edad: "Me di cuenta de que hay dos generaciones diferentes y que él no entendería lo que estaba haciendo".
Asimismo, a Wayne también se le cruzó un clásico del maestro director Stanley Kubrick. En los años 50, la veterana estrella utilizó su enorme influencia para apoyar la campaña y caza anticomunista iniciada por el senador republicano Joseph McCarthy y el llamado Comité de Actividades Antiestadounidense, que costó a numerosos artistas y cineastas sus puestos de trabajo o incluso los puso entre rejas.
"No bromees sobre la Segunda Guerra Mundial": así enfureció Steven Spielberg a la leyenda del western John Wayne"Propaganda marxista"
Una de las víctimas más destacadas de la caza anticomunista en Hollywood de McCarthy fue el guionista Dalton Trumbo, que se negó a testificar ante el comité en una investigación sobre elementos comunistas en la industria del cine, por lo que le impusieron una multa y once meses de prisión y fue incluido en la lista negra de Hollywood. A partir de entonces solo pudiendo escribir bajo un seudónimo, pero recibiendo grandes elogios por ello.
La historia de Dalton Trumbo se cuenta a la perfección en la película Trumbo: La lista negra de Hollywood, protagonizada por el protagonista de Breaking Bad Bryan Cranston.
No fue hasta principios de la década de 1960 que Trumbo pudo empezar a salir de la sombra, en parte por iniciativa de Kubrick y Kirk Douglas, quienes quisieron atribuirle el guion Espartaco. Los dos insistieron en que se acreditara a Trumbo con su nombre real en los créditos iniciales y finales de la epopeya de 198 minutos y lo consiguieron. Para la consternación de John Wayne.
Al igual que la columnista Hedda Hopper, John Wayne se refirió a Espartaco como "propaganda marxista" porque, aunque la película está ambientada en la antigua Roma, los paralelismos entre la rebelión en el centro de la historia y las luchas políticas aún en curso detrás de las cámaras eran sorprendentes.
En Espartaco, no sólo el guion vino de Trumbo, sino también de la novela de Howard Fast, quien también se había resistido a señalar a otros comunistas ante el comité.
Las discusiones, sin embargo, no perjudicaron a la película: Espartaco no sólo es una obra maestra casi perfecta de 4,2/5 estrellas según los lectores de SensaCine, sino que el drama histórico, que se representó con gran esfuerzo, también recaudó cuatro veces sus costes de producción en taquilla. Además, el quinto trabajo como director de Kubrick también tuvo éxito en los Oscar: de seis nominaciones, ganó cuatro de las codiciadas estatuillas de oro, incluida la del actor secundario para Peter Ustinov.
Curiosamente, siete años más tarde, Wayne y Douglas trabajaron juntos en el western Ataque al carro blindado (1967), aunque el protagonista de Espartaco enfatizó en que nunca hablarían de política.