Después de colocarse detrás de las cámaras de El nombre de la rosa, Jean-Jacques Annaud dirigió otra adaptación literaria. En 1992 estrenó El amante, el filme basado en la novela homónima y semiautobiográfica de Marguerite Duras. El proyecto fue un infierno para el cineasta, quien habló en el Festival Lumière de Lyon sobre su complicada relación con la autora francesa.
El amante sigue a una adolescente con las ideas muy claras. La protagonista proviene de una familia y un entorno humilde del que se avergüenza, por lo que intenta aparentar lo que no es. Su vida cambia cuando conoce a un chico de buena familia e inician una relación romántica. Entre ellos hay pasión, pero también muchos impedimentos.
Originalmente, el productor Claude Berri pidió a Annaud dirigir La condición humana, adaptación del libro de André Malraux. Michael Cimino, por su parte, era el elegido para El amante. Los directores, insatisfechos, se intercambiaron los proyectos. No obstante, Annaud rechazó inicialmente la propuesta porque sabía que Duras no ponía las cosas fáciles.
UNA EXPERIENCIA DOLOROSA
"Por lo que sabía sobre la personalidad de Marguerite Duras, no era posible que yo trabajara con esta persona molesta", declaró Annaud en Les Années Laser. La escritora, una vez el cineasta se puso manos a la obra con la película, estaba hospitalizada. "No es muy glorioso por mi parte, pero inmediatamente pensé: 'Bueno, si ella ya no está aquí, al menos estaré en paz", reconoció el director, tal y como recogen nuestros amigos de AlloCiné.
Contra todo pronóstico, Duras se recuperó:
A lo largo de innumerables reuniones en su apartamento, Aguanté durante meses su carácter sucio y su avaricia, su total ignorancia de lo que era una adaptación, sus exigencias absurdas, su obsesión por ver su libro reproducido palabra por palabra, su exigencia de respetar al pie de la letra las 20 páginas terribles que había escrito a modo de guion y su rechazo sistemático a todo lo que propuse
El director reconoce que "hubo momentos maravillosos porque era muy divertida", pero trabajar con ella fue muy difícil. "Entre su deseo de tener a Isabelle Adjani en el papel principal, de que llevara el vestido raído que había comprado para la protagonista y de rodar la película en el Marne en lugar de Mekong, fue una experiencia muy dolorosa".
Afortunadamente para él, Duras se apartó del proyecto y Annaud pudo fichar a Jane March para protagonizar el filme. Era su primera película y, anque su carrera prometía con un debut como este, terminó minada por su segunda película: el 'thriller' erótico El color de la noche. Fue un fracaso del que nunca pudo recuperarse.
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