El 23 de julio de 2011, el mundo de la música se vestía de luto. A las 16:00 h locales, la cantante Amy Winehouse fue encontrada muerta en su apartamento situado en Candem, Londres. Solo tenía 27 años. El fallecimiento, de repente, se vio envuelto en un halo de misterio y sospechas, ya que era vox populi el constante abuso de alcohol y drogas por parte de la cantante.
Exactamente, un mes después, la familia comunicó que no se habían encontrado en el cuerpo de la fallecida drogas ilegales. La causa de la muerte no se esclareció hasta octubre del mismo año, cuando se hicieron públicos los resultados de su autopsia: “muerte repentina por consecuencia no intencionada de grandes cantidades de alcohol”. Tres botellas de vodka vacías fueron encontradas en su apartamento.
El mundo había perdido, de nuevo, un artista de forma prematura por causa de las drogas. Una mujer con un talento desbocado, esplendoroso, y que ahora recibe un sentido homenaje en forma de biopic titulado Back to Black, dirigido por Sam Taylor-Johnson y protagonizado por la artista emergente Marisa Abela, a la que pudimos ver, recientemente, en Barbie, y que da vida a la desaparecida cantante. Su reparto se completa con los nombres, entre otros, de Ryan O’Doherty, Jack O’Connell (Ferrari), Lesley Manville (El hilo invisible) y Eddie Marsan (Operación Fortune: El gran engaño), entre otros.
Un trabajo duro y exigente
Focus Features
Marisa Abela trabajó muy duro para intentar trasladar de forma honesta y convincente. Durante cuatro meses, estuvo aprendiendo el tan particular estilo de canto de Winehouse sin haber cantado una sola vez en su vida: “Es una preparación de tiempo completo, como lo haría un atleta. La gente subestima lo que puede ser el entrenamiento física de la voz. No lo ven, pero realmente lo es. Tienes que hacer que el cuerpo funcione de la manera correcta para realmente soportar lo que está sucediendo y producir la voz de esa manera”, asegura la cantante en dicho medio.
La actriz también tuvo que aprender a tocar la guitarra, ensayos que llegaron a sacar de quicio a sus compañeros de apartamento. Además, llevó a cabo un exhaustivo entrenamiento físico para intentar imitar a la perfección a la cantante británica.
El medio británico The Guardian asegura que Abela tuvo intensas sesiones de gimnasio, consultas con nutricionistas especializados y numerosos entrenadores personales que la llevaron al límite.
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Como curiosidad, apuntar que la actriz tiene ahora mismo 27 años, la misma edad que cuando falleció Amy Winehouse. Según cuenta Los Ángeles Time, la actriz, nada más enterarse de que le habían dado el papel, se fue a The Dublin Castle, un pub al que iba habitualmente la artista, y se tomó una cerveza.
Apunta también el esfuerzo que supuso para ella emular el tan característico estilo de moda de la cantante, esos eternos tacones y su peinado tan pesado. “Los tacones eran una locura”, declaró la cantante. “Winehouse hizo un trabajo increíble durante toda su vida, sobre esos tacones y ese cabello”.
Durante el rodaje, se le sugirió a Abela que, en los planos en los que no se le vieran los pies, se pusiera unas zapatillas deportivas, sobre todo en la escena en la que se recrea la actuación de Glastonbury en 2008. Abela llegó a ver todo su cuerpo como “un instrumento” y hasta tuvo que perder peso. Necesitaba, simplemente, “trabajar en su voz” de la misma manera que lo hacía con la guitarra.
La realizadora de la película, Sam Taylor-Johnson, se reunió con la familia de Amy Winehouse, aunque tuviera control artístico total del film. La propia directora se declara fan de la cantante, y tuvo claro desde el principio que Abela era la indicada para hacerla realidad en la gran pantalla.
Cualquier melómano y, claro está, todos los fans de la cantante, deberían tener señalado el 31 de mayo en su calendario, ya que es el día en que se estrena Back to Black, el biopic de Amy Winehouse. Una buena manera de homenajear un legado que ya es eterno.
