Trabajar a las órdenes de un director como Steven Spielberg es un regalo para cualquier actor, pero hace ahora más de 20 años varios intérpretes se plantearon seriamente dejar plantado al que sin duda es uno de los grandes cineastas de la historia. Ocurrió durante la filmación de una de sus películas más queridas: la brillante cinta bélica Salvar al soldado Ryan (1998), con la que recibió 11 nominaciones al Oscar y ganó cinco, incluyendo el de Mejor director.
Sin embargo, aunque Salvar al soldado Ryan ha pasado a la historia como una de las mejores películas del director de otros largometrajes inolvidables que han marcado la historia del cine, como La lista de Schindler, Indiana Jones o Jurassic Park, el rodaje del filme fue una tortura para algunos miembros del reparto.
Con el objetivo de hacer que la película fuera lo más realista posible, el director decidió a enviar a todos sus actores a un campamento miliar intensivo liderado por un veterano del cuerpo de la Marina estadounidense, el Capitán Dale Dye, quien había servido 21 años. Sin embargo, la firmeza y los métodos del militar reconvertido en asesor y actor fueron demasiado para algunos de ellos: durante la semana que duró el entrenamiento, el veterano de guerra les trató como soldados de verdad.
"Hacían un duro entrenamiento físico todos los días y les presenté el mismo tipo de programa de estudios que se les habría dado a los soldados de infantería básicos allá por 1943-1944. Como tuve que comprimir todo eso en tres o cuatro días, trabajaron día y noche", contaría el propio Dye en declaraciones a Yahoo News.
Tal fue la dureza de aquella semana, que el equipo de actores acabó pensando seriamente en abandonar. Edward Burns, encargado de interpretar al soldado Richard Reiben en la película, llegó a decir aquella fue la peor experiencia de su vida: "Llegamos, pusimos nuestras tiendas y no paró en siete días. Estábamos a 30 grados por la noche y nosotros en una tienda empapada, con ropa empapada y una manta empapada. La peor experiencia de mi vida", contó.
Ante esta situación, Tom Hanks, protagonista de la película, que también estaba allí, tuvo que mover ficha. Por un lado, llamó a Steven Spielberg, para explicarle que la situación era tensa, pero principalmente para convencer al resto de actores de que no se marcharan del campamento y de la película:
Estábamos todos agotados, todos queríamos irnos y aquí estaba este tipo que era una superestrella, que no tenía ni que estar aquí, votando para quedarse
Así lo recuerda Vin Diesel, otra de las estrellas de la película junto a Matt Damon y Tom Sizemore, quien explicó que llegaron a votar por marcharse. "Dijo: 'Muchachos, dentro de 20 años recordarán esto y darán gracias a Dios por haberlo terminado'. Hasta el día de hoy, todos estamos extremadamente agradecidos por haberlo hecho".
El resultado fue una gran película que recordaremos siempre y que supuso un éxito en las carreras de todos ellos, pero Spielberg tiene una razón más para rendir pleitesía a su ahora amigo y habitual socio.