Denzel Washington y Tom Hanks tienen mucho en común: los dos comenzaron sus carrera en los años 80 y ambos tienen dos premios Oscar. No solo son considerados los mejores actores de su generación, también se han colocado detrás de las cámaras en el papel de directores.
A todas estas similitudes hay que añadir que los intérpretes cuentan con una única película en común: Philadelphia (1993). Con este proyecto, dirigido por Jonathan Demme, Hanks demostró que podía interpretar papeles dramáticos, pues venía de aparecer en filmes cómicos.
"En 20 años lo agradeceréis": Tom Hanks salvó a Steven Spielberg de que sus actores le dejaran plantado en esta brillante película bélicaHanks da vida al abogado gay Andrew Beckett, despedido tras dar positivo en VIH. El protagonista decide demandar a su exbufete y solicita la ayuda del abogado al que interpreta Washington.
Durante el rodaje de Philadelphia, Hanks tuvo que perder mucho peso y solo se le permitía ingerir unas 800 calorías diarias. Washington aprovechó la situación para atormentarlo y torturarle gastándole bromas.
"Fue extremo. Solo comía 800 calorías diarias y bajó muchísimo de peso", contó Washington en una aparición en el programa The Graham Norton Show.
Como añadió:
Estaba muy muy delgado en las escenas del juicio. Yo dejaba barritas de chocolate por ahí. Pedía pizzas para que se las entregaran…
Hanks se tomó con humor los chistes de Washington y lo demostró al ganar el Oscar a Mejor actor dos años seguidos. Primero por Philadelphia y luego por Forrest Gump (1994). "Me dio las gracias cuando ganó el Oscar", recordó Washington entre risas. Él, por su parte, ni siquiera consiguió una nominación por el drama legal. Así que, de alguna forma, Hanks pudo vengarse de las torturas de su compañero.
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