De un buen final depende que estemos hablando de una película durante años y, si no, que se lo digan a El Sexto Sentido. Aunque a menudo nos acordamos de filmes como la película más famosa de M. Night Shyamalan o Los Otros de Alejandro Amenábar cuando hablamos de desenlaces que no nos vimos venir, algunos años antes David Fincher nos había regalado uno de los más impactantes con Seven, uno de los mejores 'thrillers' de todos los tiempos que en parte se ha ganado ese honor por su inolvidable desenlace.
Estrenada en 1995 y protagonizada por Brad Pitt, Morgan Freeman y Gwyneth Paltrow, Se7en ya fue un éxito en su día, pero la realidad es que ha ido ganando un mayor reconocimiento con el paso del tiempo hasta lo que es considerada, sin mucha discusión, a día de hoy: uno de los mejores 'thrillers' criminales de la historia y notable influencia en resto de filmes del género. Además, la película sirvió para dar un empujón a la carrera del brillante Fincher, que había pinchado un par de años antes con la tercera entrega de Alien, su ópera prima, aunque ésta también haya ganado un mayor reconocimiento con el tiempo.
Se7en se emite hoy en abierto en TDT: puedes verla a las 22.08 horas en el canal BeMAD.
Es difícil no acordarse de la premisa de Seven: en ella, Brad Pitt y Morgan Freeman interpretaban a una pareja de detectives que trataban de dar caza a un peligroso asesino en serie que encarnaba Kevin Spacey. El modus operandi del criminal se cimentaba sobre los siete pecados capitales, eligiendo a sus víctimas como castigo a la gula, la pereza, la envidia, la soberbia, la avaricia, la envidia y la ira. Con imágenes explícitas de las escenas del crimen y de la mano de una investigación a contrarreloj por parte de los investigadores -y con unos Pitt y Freeman que brindaron brillantes interpretaciones-, la película alcanzaba su punto más álgido en los instantes finales, cuando el asesino encontraba la forma más traumática e inesperada posible para poner el broche de oro a su "obra" criminal.
No queremos reventarle el final a nadie -si no has visto Seven es algo a lo que puedes ponerle remedio hoy mismo o a través de las plataformas Max y Movistar Plus+-, así que para refrescarte la memoria solo mencionaremos la secuencia en un paisaje remoto entre torres de comunicaciones y un repartidor despistado entregando una misteriosa caja al detective Mills, el personaje de Brad Pitt. También una frase: ¡¿Qué hay en la caja?!
El final inesperado de Seven es la joya de la película y la primera prueba que el equipo obtuvo al respecto fue con un visionado de prueba en el que toda una sala de cine se quedó sin palabras: "La película termina, encienden las luces y miro a la gente. Simplemente se levantan lentamente de sus asientos y nadie habla. Luego, simplemente desaparecen de la proyección. Recuerdo mirar a Fincher y decir: 'Oh, Dios mío, ¿qué diablos hicimos? ¿Qué pasó?. ¿Que sucede? Pensé que esta mierda era genial", contó Brad Pitt en su visita al podcast de Marc Maron, WTF Podcast, en 2020.
Curiosamente, lo que acabó siendo lo mejor de la película fue fruto de un error. Las primeras productoras vinculadas al proyecto no estaban conformes con el sombrío desenlace y pidieron eliminar la famosa escena de la caja, por lo que que el guionista Andrew Kevin Walker, aunque a regañadientes, accedió a escribir un final más convencional. Sin embargo, la suerte estaría de su lado: tras algunos problemas de financiación, las primeras productoras abandonaron el proyecto, que fue a parar a manos de New Line Cinema, desde donde abordaron a David Fincher. El director rápidamente se sintió atraído por Seven, pero, por error, el guion que le mandaron era el original, el que contenía la escena de la caja. Cuando se dieron cuenta de la equivocación, sin embargo, no hubo marcha atrás. Todos preferían el guion original.
Aún con la escena de la caja como parte de la historia, no obstante, el desenlace fue objeto de un gran debate interno y se valoraron varias opciones que iban desde un fundido a negro hasta distintas opciones sobre lo que hacía el personaje de Pitt. No obstante, con 30 años de perspectiva ya no hay dudas de que la elección definitiva fue la mejor posible.