Los primeros 30 minutos de Pozos de ambición se encuentran entre los más impresionantes de la historia del cine. Daniel Plainview, encarnado por un Daniel Day-Lewis que brindó en ella una de sus mejores interpretaciones, trabaja hasta la extenuación para descubrir petróleo en medio de la nada en California. Un comienzo que apenas tiene diálogo, pero si un gran poder visual con el que Paul Thomas Anderson comenzó la que acabaría siendo considerada una de las grandes obras maestras del cine.
La búsqueda de oro por sí sola ya no satisface a Daniel. Doce años después de demostrar su valía como un exitoso buscador de oro, dirige una conocida compañía petrolera, de la que su hijo adoptivo H.W. (Dillon Freasier) se hará cargo más tarde. Una noche, el ingenuo Paul Sunday (Paul Dano) se dirige a Plainview y a su socio Hamilton (Ciarán Hinds) para informarles de que se pueden encontrar cantidades casi infinitas de oro negro bajo la propiedad de sus padres.
Plainview aprovecha rápido la oportunidad y convence a la familia Sunday de venderle su rancho, pero el hermano gemelo de Paul, Eli, se muestra reacio y exige una donación para la iglesia de la comunidad. Poco después de comenzar los trabajos en la teirra, se produce un grave accidente.
"El Ciudadano Kane del nuevo milenio"
Con una duración de casi 3 horas, la película de Paul Thomas Anderson se estrenó en cines en 2007 tras su previo paso por festivales, y la crítica se rindió a sus pies.
En SensaCine, los lectores le brindan una nada despreciable puntuación de 4,1 sobre 5, pero la crítica le brindó unas excepcionales 5 merecidas estrellas.
"Paul Thomas Anderson ya había demostrado suficientemente con sus anteriores películas que era uno de los directores más brillantes de su generación", comienza Virginia Montes en su valoración destacando que Pozos de ambición "fue un paso más allá" en su prometedora carrera. "El cineasta conseguiría realizar uno de los trabajos de planificación más impresionantes del cine reciente, a través de una dirección imaginativa y poética, en la que podía habitar casi al mismo tiempo la belleza y la crueldad, lo divino y lo profano"
"Daniel Day Lewis conseguiría todos los honores por esta película grandiosa que casi podríamos considerar como el 'Ciudadano Kane' del nuevo milenio"La mejor película del siglo XXI": todo el mundo está de acuerdo en que esta cinta del 2007 es una obra maestra
Paul Thomas Anderson abordó el género western a su manera, con la codicia y la fe presentes pero con menos interés tópicos clásicos del oeste. En su epopeya de casi tres horas Anderson sigue los pasos de Stanley Kubrick y desata los últimos años de la era fronteriza para demostrar que el orgullo de una nación, que supuestamente se remonta a pioneros valientes, es una falacia. No hay heroísmo en Pozos de ambición, sino que vemos a un Daniel Day-Lewis creando su propio infierno personal del que no hay escapatoria.
Cuanto más avanza la película, más intensos se vuelven no sólo los conflictos, sino también la actuación de Daniel Day-Lewis, quien con razón ganó un Oscar por su interpretación de Daniel Plainview. Una película bestial e implacable. Una alternativa al Western clásico, que ahoga todo el romanticismo asociado al género en medio de negras fuentes de petróleo.
