No será ni el primer ejemplo ni el último de una película que no acaba de convencer a nadie y que, cuando por fin encuentra productora y sale a la luz se convierte en un auténtico éxito en todo el mundo, pero no deja de resultar una sorpresa que Crepúsculo, una franquicia milmillonaria que marcó por completo a toda una generación, forme parte de este listado de proyectos que se salvaron de milagro. Pero así fue.
Basada en la famosa saga literaria de Stephenie Meyer, la primera entrega de la franquicia Crespúsculo se estrenó en 2008 bajo la batuta de Catherine Hardwicke y, protagonizada por Kristen Stewart y Robbert Pattinson en la piel de sus personajes principales, causó auténtico furor en los espectadores, especialmente entre el público adolescente, tanto fans como no fans de la saga de novelas románticas vampíricas.
La venta de derechos de las novelas para su adaptación, no obstante, se había producido cuatro años antes, pero el proyecto tardó el materializarse bastante porque ningún estudio estaba del todo convencido de lo que tenía entre manos. Afortunadamente para Summit Entertainment, que no fue la primera opción pero sí la que se lió la manta a la cabeza para sacarla adelante, Crepúsculo no solo resultó ser un éxito, sino que alcanzó el status de fenómeno cultural y solo fue el origen de lo que acabó convirtiéndose en una franquicia de cinco películas y una recaudación de 3.000 millones de dólares.
Curiosamente, la primera vez que la idea de adaptar la novela de Stephenie Meyer como una película se puso sobre la mesa, ni siquiera se había publicado. El primer libro vería la luz en 2005, pero ya en 2004, Greg Mooradian de Maverick Films le presentó un manuscrito a MTV Films, subsidiaria de Paramount, que adquirió los derechos ese mismo año y hasta contrato un guionista para que se encargase de la adaptación.
Sin embargo, el resultado de aquel primer guion se alejaba bastante del contenido original de la novela de Meyer, puesto que MTV Films, convencida de que una historia de vampiros demasiado romántica alejaría a una parte del público, había solicitado un filme con mucha más acción de la que había en el libro. Y luego todo comenzó a complicarse.
Primero porque el nuevo presidente de Paramount Pictures no veía mucho potencial a una película de vampiros, así que el proyecto quedó paralizado, pero luego, porque cuando retomaron la idea en el año 2006, ya con la novela publicada y siendo un éxito, la productora Karen Rosenfelt que había confiado en ella desde el principio se había marchado de Paramount y ahora trabajaba en Fox 2000 Pictures, con la que tenía un acuerdo de producción. Y aunque Rosenfelt quiso llegar a un acuerdo, en Fox 2000 Pictures no estaban interesados. Y no fueron los únicos. Finalmente, Paramount Pictures dejó que expiraran los derechos y, en 2007, Summit Entertainment, que ya había negociado previamente con Rosenfelt, pudo adquirilos y sacar adelante la adaptación bajo la promesa de hacer algo mucho más fiel a la novela.
Una vez con Summit en la ecuación, el proyecto pudo despegar y, el resto, es historia. Con la productora llegaría la directora, Catherine Hardwicke, luego la guionista Melissa Rossenberg y más tarde el elenco que se metería al público en el bolsillo.
Recibida con los brazos abiertos por los espectadores, Crepúsculo recaudó 10 veces su presupuesto y dio lugar a una franquicia milmillonaria que aún hoy levanta pasiones, así que cuesta creer que fuesen necesarios cuatro años y varios 'noes' para que fuese una realidad.