No falta en ninguna lista de los mejores westerns de todos los tiempos: la obra maestra de William Wyler Horizontes de grandeza (1958) es una de las obras maestras del género y, aunque no es la favorita entre los espectadores de SensaCine con 3,5/5 estrellas, sí tiene un excelente 100% en Rotten Tomatoes y el reconocimiento de la industria.
Dirigida por el artífice de la mítica Ben-Hur y protagonizada por Gregory Peck y Jean Simmons, entre otros, Horizontes de grandeza seguía los pasos de James McKay (Peck), un capitan pacifista que viaja desde su casa en la costa este hasta el oeste de Estados Unidos en busca de su verdadero amor, Patricia Terrill (Carroll Baker). Sin embargo, allí se le mira con recelo. Tras ser considerado un cobarde por los lugareños, James descubre que el padre de su prometida, el mayor Henry Terrill (Charles Bickford), propietario del rancho, lleva tiempo compitiendo con otro ranchero por hacerse conun importante abrevadero que pertenece a la profesora Julie Maragon (Jean Simmons). Pero en sus intentos por encontrar una solución pacífica al conflicto, McKay se acaba viendo en la línea de fuego.
Aunque se nota ni en la película ni en los actores, la realidad es que la producción fue increíblemente caótica y uno de los mejores ejemplos de una fama que siempre ha perseguido a su director, William Wyler, conocido por no siempre ponerle las cosas fáciles a su equipo.
En la producción del western de los años 50 Wyler hizo honor a su mala reputación: pidió a Peck, Baker y compañía que repitieran grabaciones individuales decenas de veces sin explicarles qué era exactamente lo que le molestaba de las tomas anteriores y dándoles una única instrucción de lo menos precisa. Que definitivamente lo "hicieran mejor".
La actitud del director creó un ambiente tenso que que no dejó de empeorar a medida que avanzaba el rodaje. Según se recogería en el libro William Wyler: The Life and Films of Hollywood's Most Celebrated Director -y recoge el sitio web Filmstarts-, Wyler ponía repetidamente a estrellas como Carroll Baker en situaciones de presión incómodas y, según contaría Jean Simmons con el tiempo, no dejaba de aparecer con cambios de guion de última hora, lo que hacía que el trabajo fuese realmente difícil. Ambas actrices sufrieron tanto por el estilo de dirección del cineasta que posteriormente se negaron a hablar de su experiencia durante años.
Pero eso no sería todo: aunque Peck y Wyler eran amigos (antes habían filmado juntos el clásico romántico Vacaciones en Roma), se pelearon tanto durante el rodaje de Horizontes de grandeza que acabaron por no dirigirse la palabra durante tres años. Después acabarían reconciliándose, pero nunca más volverían a trabajar juntos en una película.
Al final, Wyler abandonó el set antes de que terminara el rodaje para comenzar a trabajar en su monumental epopeya Ben-Hur en Roma y confió el rodaje de las últimas escenas a su asistente Robert Swink, a quien luego elogiaría mucho: "No puedo expresar lo feliz que estoy con el nuevo final. (…) Las tomas que hiciste son absolutamente perfectas", le escribió en una carta.
En última instancia, ni el ambiente tenso del lugar, ni la falta de comunicación, ni los numerosos cambios de último momento o la ausencia de Wyler durante la finalización de la película pudieron afectar el resultado: Horizontes de grandeza está considerada una de las mejores películas wester de la historia y fue nombrada una de las 500 mejores películas de todos los tiempos por la revista Empire.