Se presenta como la mayor plataforma de cine español y así es. Más de 4.000 títulos que incluyen series, documentales y cortos son el principal reclamo de FlixOlé, un servicio de 'streaming' que nació en 2017 bajo el ala del famoso productor de cine y propietario de la distribuidora Mercury Films Enrique Cerezo y que ofrece a sus suscriptores el mayor catálogo de cine español en nuestro país, pero que también realiza una encomiable labor de restauración. Casi como un arca de Noé del cine español, como lo describe el director y crítico de SensaCine, Alejandro G. Calvo, quien ha tenido la oportunidad de visitar sus instalaciones, conocer más a fondo el trabajo que se realiza en ellas y hablar con su fundador, Cerezo, quien lleva prácticamente toda su vida vinculado al mundo del cine y es el hombre que posee más derechos de películas españolas del mundo.
"Empecé hace tantos años que ya prácticamente ni me acuerdo, pero empecé como todo el mundo, aprendiendo", explica el productor sobre sus comienzos en la industria. "Tuve la posibilidad de ir a la Escuela de Cine, que era una carrera muy larga, 5 años, que en aquella época era mucho tiempo. Y a través de unos conocidos y de unos familiares me presentaron a un agente de Pedro Masó, que empezaba la película Un millón en la basura y allí empecé de meritorio". 57 años después de aquello, Cerezo, quien ya en el colegio había mostrado pasión por el cine y trabajaba como proyeccionista, es una de las figuras más importantes del cine español.
A través de la plataforma de 'streaming' FlixOlé el patrimonio cinematográfico español puede llegar a todos los lugares del mundo, lo cual es realmente importante, pero aún más clave es su labor de conservación y de restauración historia de nuestro cine.
Enrique Cerezo: "El productor español siempre ha sido muy descuidado"
"El productor español siempre ha sido muy descuidado", sentencia Enrique Cerezo en su entrevista con Alejandro G. Calvo que puedes ver al completo sobre estas líneas y también a través de YouTube.
"Hemos sido siempre muy descuidados", se autocorrige para incluirse a sí mismo. "Cuando se hacía una película, y más en los años 40, la película tenía un fin, que era el estreno en las salas comerciales. No había otro otro sistema donde se pudieran poner. Hacías la película y dejabas el negativo en los laboratorios en unos estados a veces patéticos, y esos materiales muchas veces o desaparecían porque se había quemado algún laboratorio, o bien estaban en una mala situación por la también mala calidad de los materiales, o había desaparecido. Había muchas coproducciones en las que el productor español mandaba el negativo a Italia, Francia o Alemania, y el negativo se quedaba allí y ya nunca más se acordaban de que también ellos eran propietarios de ese material".
Hemos conseguido una gran cantidad de materiales, de negativos, copias que aquí en España prácticamente habían desaparecido, y que no se sabía nada de ellas
Buscar todos estos materiales no es tarea fácil. "Hay que llegar con ellos a acuerdos económicos o acuerdos comerciales para poder tener el acceso a poder utilizar ese material para que las películas se puedan ver o se puedan restaurar", explica Cerezo. "Una labor muy peregrina que aquí hace ya muchísimos años que llevamos practicando con mucho éxito". "Una vez que se recuperan", añade,"lo que hay que hacer es restaurar las que necesiten restauración, que son casi todas, y eso es una labor que en una película te puede llevar una semana o otras te puede llevar 5 meses". El objetivo: recuperar un patrimonio importante del cine español y hacerlo con una calidad de imagen y de sonido casi igual o mejor que cuando se estrenó en su día.
El nacimiento de FlixOlé: ofrecer al público un material que nunca habíamos visto
"La idea es muy fácil. Como realmente tenemos tanto material y, sobretodo, un material que nunca se había visto bajo ningún concepto, solicitamos ser candidatos a una televisión local de la Comunidad de Madrid", explica el productor sobre el nacimiento de FlixOlé. "Como consecuencia de esto surge el tema de las plataformas y entonces nosotros pensamos que qué mejor para nosotros mismos que el tener una plataforma donde todo este producto que tenemos, que son miles de películas, pudieran estar allí. Entonces creamos FlixOlé, que es una plataforma que tiene una calidad impresionante".
En muchas películas [la restauración] hay que hacerla fotograma a fotograma, teniendo en cuenta la cantidad de millones de fotogramas que tiene una película
Al mismo tiempo, continúa el proceso de restauración, cuyo funcionamiento tuvimos la oportunidad de conocer y atestiguar en las oficinas de FlixOlé. "Ya tenemos remasterizadas y prácticamente restauradas más de 4000 películas o 5000 películas, pero queda mucho todavía", señala Cerezo. "El trabajo de la restauración es largo y complicado, no es un trabajo fácil. En muchas películas hay que hacerlo fotograma a fotograma, teniendo en cuenta la cantidad de millones de fotogramas que tiene una película. Hay veces que dura muchos meses y hay veces que afortunadamente el negativo está muy bien". Además, añade el productor, "hay películas que son muy especiales porque prácticamente o no se habían visto casi nunca o realmente aquí no había habido materiales, ni copias ni negativos para poder hacer una buena restauración. Hay veces que las encuentras casualmente. Te hace ilusión".
En la visita, que puedes ver en el vídeo sobre estas líneas, visitamos el laboratorio de la mano de Carlos López, responsable del laboratorio, donde se nos explica el proceso de etalonaje (modificación y corrección de luz y color) con la maquina DaVinci, el escaneo del negativo de las películas para su tratamiento posterior, y, ya en la sala de restauración, qué tipo de máquinas se utilizan para completar el proceso, tanto en la imagen como en el sonido. "Hay películas que están destrozadas y luego el resultado es bastante bueno", explica Carlos mientras muestra algunos ejemplos del resultado.
De igual modo, no puede faltar en las instalaciones de FlixOlé unos impresionantes almacenes repletos de pósters originales, fotografías y todo tipo de recuerdos de la historia del cine español, así como, por supuesto, una sala de cine.