El silencio de los corderos sembró el pánico en los espectadores en 1991 y convirtió a Anthony Hopkins en un Hannibal Lecter inolvidable. Dirigida por Jonathan Demme y nominada a siete premios Oscar, la película se hizo con cinco estatuillas doradas en la 64ª Edición de los Premios de la Academia, incluyendo el premio a Mejor Película. Esta historia consiguió traumatizar a varias generaciones y, once años más tarde, el cineasta Brett Ratner decidió resucitar a Lecter en El dragón rojo, un thriller cuya trama se desarrolla antes de los acontecimientos de la primera entrega.
La película cuenta la historia de Will Graham (Edward Norton), quien vive tranquilamente en Florida con su esposa y su hijo tres años después de capturar al doctor Hannibal Lecter (Hopkins). Aunque las heridas físicas causadas por el peligroso criminal han sanado, aún lidia con secuelas psicológicas de su enfrentamiento. Esta traumática experiencia lo llevó a dejar el FBI.
Un día, su antiguo jefe lo visita para pedirle ayuda en la búsqueda del asesino en serie conocido como "El Hada de los Dientes", quien ya ha masacrado a dos familias en noches de luna llena. El FBI tiene pocas horas antes de su próximo ataque. Aunque no lo desea, Will se ve obligado a regresar al servicio. Para entender al asesino, busca la colaboración del doctor Lecter, recluido en el Centro de Detención Psiquiátrico de Baltimore.
Una de las escenas más repugnantes en 128 años de historia del cine: dos décadas después no nos la hemos quitado de la cabezaEsta película supone la adaptación del libro homónimo de Thomas Harris y es la segunda vez que los espectadores disfrutan de esta historia en la gran pantalla. La primera fue Manhunter en el año 1986, largometraje que contaba con Brian Cox en el papel de Hannibal Lecter, el mismo actor que interpreta a Logan Roy en la serie Succession. Pese a que ahora cuenta con un 94%, una puntuación casi perfecta, la película fue un auténtico fracaso el año de su estreno.
Casi dos décadas más tarde, Ratner vuelve a adaptar la novela con una visión más cercana a Hollywood y con un eficaz thriller que consigue mantener la tensión entre la trama y el espectador. Otro de sus grandes alicientes es la interpretación del británico Ralph Fiennes, conocido por su papel de Voldemort en la saga de Harry Potter y que, muchos años antes, daba vida a un antagonista aterrador en El dragón rojo.