Clint Eastwood lleva setenta años ligado a la industria de Hollywood. El reconocido cineasta ha pasado mucho tiempo junto a los directores y estrellas del cine más relevantes de la historia del cine, pero hay un director y una película en particular que han marcado su vida. En 1950, Eastwood eligió su película favorita y ninguna otra ha conseguido desplazarla del primer puesto de su lista personal.
El largometraje en concreto es El crepúsculo de los dioses de su querido director Billy Wilder. "Es mi película favorita", confiesa durante una entrevista con Esquire en la que también participa su hijo Scott Eastwood. "Lo que más me gusta de ella es que tiene dos estilos diferentes: el estilo de la actriz del cine mudo, y luego, con el personaje de William Holden, alguien más contemporáneo. Los dos estilos funcionan tan bien juntos. Y siempre me gustó Billy Wilder".
La cinta está narrada a modo de 'flashback' por su protagonista, Joe Gillis (William Holden), un joven escritor, bastante mediocre, al que le persiguen las deudas. Al borde de la bancarrota, Joe tiene un golpe de suerte mientras deambula por el lujoso Sunset Boulevard. En una majestuosa mansión en esta avenida reside Norma Desmond (Gloria Swanson), una antigua estrella del cine mudo que ha caído en el olvido tras la decadencia del género. Norma vive sola con su fiel criado Max von Mayerling (Erich von Stroheim) y sueña con regresar al mundo del cine. Para lograrlo, ha escrito una obra titulada Salomé con la que espera relanzar su carrera.
Al encontrarse a Joe deambulando por la zona, le ofrece un contrato para que revise su guion. Joe acepta y se muda a su casa. Así comienza un apasionado romance que se transformará en odio y desprecio, especialmente cuando Joe conoce a la encantadora Betty Schaefer (Nancy Olson). La tragedia se cierne sobre ellos y pronto se desencadenará un terrible desenlace en la inquietante mansión.
"No le entusiasmaba el guion": Clint Eastwood rechazó trabajar con uno de los mejores directores de la historiaDurante la entrevista, el director ha preguntado a su hijo si había visto el filme, a lo que este ha respondido que sí con determinación. "Lo que he aprendido de mi padre es que el cine es el medio para un director. Y, como él dice, es un festín o hambruna para un actor. Si no estás creando tu propio material, entonces sólo estás luchando por lo que hay ahí fuera", explica Scott, indicando su intención de seguir los pasos de su padre.
La película favorita del cineasta fue nominada a 11 premios de la Academia y consiguió hacerse con 3 de ellos: Mejor guion, Mejor Banda Sonora y Mejor Dirección Artística. Con el tiempo, ha sido reconocida como una de las mejores películas del siglo XX y Billy Wilder como uno de los grandes genios del séptimo arte. Con una carrera tan distinguida y referentes como este, no es sorprendente que Scott Eastwood aspire a seguir los pasos de su padre.