Solo tres años después de protagonizar uno de los mejores y más influyentes thrillers de los años 90, Morgan Freeman se convirtió en el protagonista de una nueva película sobre asesinos en serie, El coleccionista de amantes, basada en una novela superventas homónima de James Patterson. Sin embargo, aunque el filme debutase en un momento de oro para el género, no consiguió replicar su éxito y fue acogido de forma bastante tibia por parte de la crítica: las comparaciones con Se7en, muy querida por el público, y con otros éxitos de la época como El silencio de los corderos no la dejaron brillar.
Con una puntuación de 34% en Rotten Tomatoes está claro que El coleccionista de amantes no levantó pasiones en su estreno, pero tampoco fue un fracaso comercial. Por un lado recaudó 60 millones -frente a sus 27 de presupuesto-, pero logró recaudar bastante dinero en el mercado del cine en casa. Así, aunque el filme no fuera un éxito, su acogida fue suficiente para que Paramount Pictures se decidiera a producir una segunda película, La hora de la araña, de nuevo con Morgan Freeman pero a cargo de otro director que se estreno en 2001.
Dirigida por Gary Fleder y estrenada en 1997, en El coleccionista de amantes el psicólogo criminal Alex Cross (Freeman) trata de dar caza a un psicópata que mantiene secuestra a ocho mujeres entre las que se encuentra su sobrina. El detective debe encontrar lo antes posible el paradero de las víctimas antes de que sean asesinadas y para ello cuenta con la ayuda de Kate McTiernan (Ashley Judd), una testigo que le servirá de gran ayuda para poder encontrar el lugar donde se encuentra el "coleccionista de amantes" tras haber logrado escapar del criminal.
27 años después de haber visto la luz en las salas de cine, El coleccionista de amantes se ha convertido en una de las películas más vistas en Netflix en varios países tras haber llegado recientemente a su catálogo. Una nueva oportunidad para un 'thriller' que dura menos de dos horas y que también fue objeto en 2012 de una especie de reboot llamado Alex Cross en el que Tyler Perry recogió el testigo de Freeman como el protagonista pero que resultó un auténtico fracaso.
"En El coleccionista de amantes el realizador acciona el piloto automático del thriller truculento y, como si estuviera cambiando toda la profundidad psicológica de esa película de Jonathan Demme [El silencio de los corderos] por un surtido de efectismos (la forma de ocultar/revelar la identidad del villano es sonrojante) e imágenes planas, hace un trabajo tan rutinario que ni siquiera gente tan solvente como Morgan Freeman o Ashley Judd pueden levantarlo más de un palmo del suelo", reza la crítica de 1,5/5 estrellas de Diana Albizu para SensaCine.