En 2021, 60 años después de la obra maestra original dirigida por Robert Wise, Steven Spielberg se lanzó a un desafío colosal al decidirse a ofrecer una nueva versión de una de las grandes películas de la historia del cine: West Side Story. Al mismo tiempo, probaba un nuevo género: el musical, que nunca había trabajado en su carrera.
La película, estrenada en un momento bastante delicado para la industria cinematográfica, aún muy afectada por la crisis sanitaria del Covid-19, no fue objeto de una gran recepción en taquilla y tuvo que conformarse con unas cifras aceptables. Muy lejos de otros de los grandes blockbusters que el cineasta nos había brindado en el pasado.
No obstante, pese no ser uno de los grandes éxitos de su carrera, West Side Story fue elogiada unánime y sinceramente por la prensa y por los espectadores (que le otorgaron una calificación media de 4 estrellas sobre 5 en SensaCine).
Entre las mayores cualidades de la película: una coreografía absolutamente impresionante y secuencias de baile vertiginosas, donde la cámara del director literalmente volaba entre los actores. Para lograr este resultado, Spielberg no escatimó esfuerzos, como pudo explicar más tarde en un vídeo del making of del largometraje.
Nunca había ensayado como lo hicimos en 'West Side Story'
"Cuatro meses solo de ensayos, tal vez incluso más. Me dio la oportunidad de descubrir dónde colocar mi cámara durante toda la coreografía que había diseñado Justin Peck", recuerda Spielberg.
Pero eso no fue todo. Mientras los bailarines aprendían sus coreografías, Spielberg creaba las suyas propias, armado con su teléfono, para determinar exacta y precisamente la trayectoria que iba a darle a su cámara durante el rodaje: "Coordiné mi iPhone con los movimientos de baile de Justin. Editaba estas imágenes con la música y observaba el resultado, luego regresaba y filmaba la escena por segunda vez buscando diferentes formas de hacer que la cámara hiciera parte de los bailarines. Entonces Hice storyboards tanto en vídeo como en papel”.
El trabajo duro, afortunadamente, dio sus resultados. Además, no deja de ser una maravilla saber que Spielberg, tras más de 50 años de carrera, siga aprendiendo y experimentando cosas nuevas que le ayudan a evolucionar en su cine. Lo que le hace aun más maestro.