Precisa, detallada y minuciosa, Regreso al futuro es una de esas sagas de ciencia ficción que poco o nada deja al azar. No hace falta que seas un gran fan para saber que está plagada de guiños, 'easter-eggs' y detalles, pero, cuando creíamos que los conocíamos todos, todavía podía aguardarnos alguna que otra sorpresa. Y es que, 39 años después de su estreno en cines en 1985, todavía podemos descubrir pequeños detalles que hasta ahora se nos habían escapado.
Es una realidad que los numerosos huevos de pascua contenidos en la famosa trilogía de Robert Zemeckis ya han sido enumerados prácticamente en su totalidad por los fans más observadores y entusiastas, pero también puede suceder que ciertos guiños, particularmente raros y discretos, hayan logrado pasar desapercibidos.
Uno de ellos, al que nos referimos hoy, lo encontrarás en la recta final de la primera película, cuando Marty, al volante del DeLorean, se prepara para volver a 1985 tras conseguir que sus padres se enamoren y así asegurar su propia existencia.
Como recordarás, uno de los momentos estrella de la primera película de la saga de viajes en el tiempo es la aventura contrarreloj que viven Marty (Michael J. Fox) y Doc (Christopher Lloyd) para conseguir que el joven pueda regresar. Para que la operación sea un éxito, Marty debe pasar por delante del reloj del ayuntamiento en el preciso momento en que el monumento va a ser alcanzado por un rayo, lo único que en aquella época puede generar la energía necesaria para alcanzar los 1,21 gigovatios y llegar a los 140 km/hora para viajar en el tiempo.
Universal Pictures / AlloCiné
Mientras Marty acelera por la avenida principal de Hill Valley, exactamente a la 1 hora, 40 minutos y 7 segundos de la película, cuesta fijarse en cualquier otro detalle, pero en las tiendas que bordean la calle se puede ver un detalle de lo más minucioso. De esos que hacen la película aún más especial. Un cartel luminoso bordeado por un pequeño reloj y con la siguiente inscripción: "¿Es hora de viajar? Pregúntele al Sr. Foster".
Universal Pictures / AlloCiné
Este letrero de neón, que probablemente pertenece a una relojería, se trata de algo así como un mensaje subliminal para Marty, como si la película se dirigiera directamente al joven héroe para aconsejarle que acelere y recordarle que apenas quedan unos minutos para el momento clave.
¿Es una coincidencia? No lo parece, puesto que la película poco deja al azar y, si miras el cartel un poco más de cerca, las manecillas del reloj, como las del reloj del ayuntamiento, indican exactamente 10 horas y 4 minutos, que es exactamente la hora a la que debe caer el rayo.
Un pequeño guiño que es casi imposible de detectar si no se sabe dónde buscarlo, pero que aumenta aún más la tensión de la escena para los pocos espectadores que lo notan.
