Recuerdo que tenía 17 años cuando vi en el cine, por primera vez, Las aventuras de Priscilla, reina del desierto. La película fue un bombazo en taquilla. Pero para mí, el bombazo fue directo al corazón: me enamoré hasta las trancas de todo lo relacionado con lo drag. No personalmente —mi patosidad extrema y mi nula inventiva para los trajes harían mi dedicación a ese arte una misión imposible—, sino algo que admirar, seguir y respetar.
En la actualidad, y casi 30 años después, la sociedad ha cambiado y lo drag ha pasado ya a formar parte de lo mainstream. Atrás quedó la sensación de que era una subcultura, que solo pertenecía al underground, y ahora programas como Ru Paul Drag Race son todo un éxito.
Solo es una película que se estrena el próximo 12 de julio en nuestro país y que viene a animar un poco la cartelera con una historia, sí, sobre lo drag, pero que también es una "historia radiante e intima de la vida queer, una celebración de la conexión entre la comunidad queer con el arte del drag", como la definieron en el medio SlashFilm.
Solo cuenta la historia de Simon, un hombre que se dedica profesionalmente al espectáculo drag y que debe enfrentarse a la decepción de dos amores imposibles: una relación tóxica con Oliver y otra fría y distante con su madre, Claire, que ahora regresa a su hogar tras permanecer ausente 15 largos años para dedicarse a ser cantante de ópera.
La película ha sido muy bien recibida por la crítica internacional. Se ha dicho de ella, por ejemplo, que cuenta "una historia hermosa, atractiva y honesta, sobre cómo ser presa del amor tóxico y cómo poder encontrar el verdadero amor en nosotros mismos y en la comunidad que hemos elegido" (Screen Anarchy), así como un "estudio de personajes evocador y conmovedor, con una banda sonora absolutamente genial" (Variety) y, en definitiva, una profunda "admiración por el arte y la cultura del drag".
La película, incluida en la lista anual de las diez mejores películas exhibidas en el TIFF (Festival de Cine Internacional de Toronto) está dirigida y escrita por la canadiense Sophie Dupuis. A pesar de centrarse en el mundo drag, la directora, según cuenta en una entrevista, estaba también muy interesada en "hablar de una historia de amor que se vuelve tóxica y autodestructiva". Y añade: "A la sociedad le queda mucho trabajo aún para aceptar e incluir a la comunidad LGTBQ+. Seguramente haya controversia en torno a la película, porque siempre habrá gente intolerante. En mi caso, es la primera vez que hago una película como un gesto de activismo".
Recuerda: esta película se estrena exclusivamente en salas de cine el próximo 12 de julio. Una propuesta distinta para este verano.