Protagonizada por Keanu Reeves y Patrick Swayze y quinta película de la oscarizada y reconocida cineasta Kathryn Bigelow, Le llaman Bodhi fue una de las cintas de acción más insólitas de la década de los noventa: en su mezcla de thriller policíaco con el retrato del estilo de vida surfista, el filme, conocido internacionalmente como Point Break, debutó con cierto éxito en su día, especialmente por el trabajo y química de sus actores protagonistas, pero solo con el paso del tiempo llegaría a convertirse en una película de culto,que incluso en 2015 fue objeto de su propio remake.
En Le llaman Bodhi el inexperto agente del FBI Johnny Utah (Keanu Reeves) es asignado al veterano Angelo Pappas (Gary Busey) para arrestar a una banda de ladrones de bancos conocidos por llevar máscaras de ex presidentes estadounidenses durante sus robos. Como Pappas sospecha que los delincuentes merodean por el entorno surfero de la zona, el joven Johnny se infiltra en el grupo de aficionados al deporte que siempre acompañan al gurú del surf Bodhi (Patrick Swayze). Sin embargo, la peligrosa misión empieza a pasar a un segundo plano cuando Johnny se enamora de su instructora de surf Tyler (Lori Petty). Cuando tapadera se descubra, las vidas de ambos están en peligro.
El filme recaudó más de 83 millones de dólares.
Ahora de culto, una de las curiosidades que rodean a Le llaman Bodhi es que sirvió de fuente de inspiración a un escurridizo ladrón para iniciarse en el mundo del crimen.
La banda de atracadores enmascarados llamó mucho la atención de Scott Scurlock, un hombre que en la década de los 90 llevo a cabo una serie de atracos en la ciudad de Seattle con total impunidad. De la mano de prótesis faciales y maquillaje profesional, Scurlock decidió dedicarse a los robos a bancos después de ver la película Point Break y llegó a hacerse un "profesional" de lo más escurridizo que estuvo a punto de no ser pillado nunca.
Junto a su amigo Steve Meyers, Scott Scurlock llegó a atracar al menos 19 bancos entre 1992 y 1996, robando un total de 2,3 millones de dólares.
Su historia se cuenta en uno de los nuevos documentales de Netflix, How to Rob a Bank, que fue estrenado en la plataforma a principios del pasado mes de junio y que cuenta con numerosas entrevistas a su entorno, desde los cómplices y amigos de Scurlock, hasta los periodistas, detectives y agentes que trabajaron en el caso.
"Esta película no trata sólo de la logística del robo a un banco. Para nosotros, se trata de nuestra asombrosa capacidad como personas para automitificarnos y de nuestra interminable sed de libertad, sin importar el costo", cuentan a Netflix los directores Robert Morse y Seth Porges a Netflix sobre la capacidad de Scott de creerse que estaba en una película. "Al igual que Scott, podemos imaginarnos como héroes de películas o forajidos del Lejano Oeste, pero cada movimiento que hacemos tiene un efecto dominó que impacta a los demás, así como a nosotros mismos".
La ola de atracos de Scurlock terminó trágicamente en 1996 con el robo que el ladrón había planeado como el último antes de su retirada por todo lo alto. Desafortunadamente, su captura se convirtió en un tiroteo con la policía en la que Scurlock, al igual que su ídolo de Le llaman Bodhi, prefirió acabar con su propia vida en lugar de rendirse.