Stephenie Meyer tenía 30 años cuando empezó a escribir Crepúsculo, y no sabía muy bien qué hacer con el libro una vez terminado. Por eso, simplemente, se lo mandó a varias agencias literarias preguntando si estaban interesadas en un manuscrito de 130.000 palabras sobre vampiros adolescentes. Sorprendentemente, de las 15 que envió, una respondió positivamente (nueve negativamente, todo sea dicho, y cinco simplemente no se dignaron). De hecho, si al final la ficharon fue por pura suerte, porque los manuscritos para adolescentes suelen tener entre 40.000 y 60.000 palabras. Bendita equivocación.
Joé, Crepúsculo
Eso sí, su adaptación al cine estuvo a punto de ser un absoluto cuadro. Como la productora original, MTV Films, tenía miedo de perder al público masculino, llenaron el guion de acción y convirtieron a Bella Swan en una cazadora de los vampiros que mataron a su padre y que conducía jet skis mientras era perseguida por el FBI, decía tacos todo el rato y acababa convertida en vampiresa. En la primera parte. Por lo que sea, Meyer no estaba muy contenta.
Sin embargo, sí lo estuvo con el producto final. Tanto, que hizo un cameo escribiendo en la primera parte... que repitió, tres años después, en Amanecer - Parte 1, donde apareció como parte del público en la boda entre Edward y Bella. Y no hay nada más bonito, al fin y al cabo, que ver a tus personajes, en carne y hueso, por fin casándose. La emoción se nota en cada poro de su piel durante esa escena, habiendo conseguido todos sus objetivos. Y eso sin jet skis ni alguien siendo perseguido por el FBI.
Después del éxito de Crepúsculo, y ante la imposibilidad de tener más episodios por falta de libros que adaptar, en Lionsgate empezaron a hablar de posibles spin-offs, solo si a Stephenie Meyer le parecía bien. No sabemos su respuesta, pero es cierto que el año siguiente quisieron montar una mesa de guionistas para traer ideas. Por suerte o por desgracia, no se sabe nada y aún es muy pronto para montar un remake. Aunque, viendo la imaginación de Hollywood últimamente, no descartemos nada...