Steven Spielberg ha pasado a la historia como uno de los mejores directores de cine gracias a títulos tan inolvidables como La lista de Schindler, Indiana Jones o Jurassic Park. Aunque si hay una película de la que todavía seguimos aprendiendo curiosidades, esa es Salvar al soldado Ryan. El reconocido cineasta lleva fascinado con la Segunda Guerra Mundial desde su adolescencia, por ello decidió rodar una cinta situada en 1944, tras el famoso desembarco en Normandía. Debido a su obsesión, se dice que las grabaciones fueron bastante exigentes y tensas para sus actores protagonistas. Menos para uno de ellos, quien recibió un trato de favor cuando Spielberg le dejó improvisar hasta el final en una escena que no tenía ningún tipo de sentido para el resto del equipo.
Si has visto la película, recordarás una de sus escenas más famosas. En ella, el Capitán John H. Miller y el soldado Ryan conversan antes del último enfrentamiento con los nazis. Los actores encargados de dar vida a estos personajes son Tom Hanks y Matt Damon, respectivamente, y el último fue el artífice de unas líneas de diálogo completamente improvisadas. El joven soldado le confiesa a Hanks un recuerdo de su infancia: el momento en el que él y sus hermanos, fallecidos en la guerra, espiaban a su hermano mayor besando a una chica en un granero por la noche. Un pasaje que resultó bastante conmovedor en el contexto de los horrores de la guerra que rodeaba a ambos protagonistas.
El productor Pete Bart revela esta anécdota en su libro The Gross, donde también explica que la escena dejó a todo el mundo totalmente frío en el set y ni siquiera llegó a convencer al propio Spielberg durante el rodaje. El director decidió dejar que Damon se metiese en el papel e hiciese ese ejercicio de improvisación, aunque todos pensaban que nunca pasaría el corte final en edición.
La esposa de Robert Downey Jr. estaba segura de que el actor de Marvel no podría competir con Matt Damon: "No te preocupes por preparar un discurso"Finalmente, Spielberg sí incluyó la escena en el metraje final, pese a su carácter "ni profundo ni revelador". Bart también explica que el cineasta pensó que el diálogo mostraba a "un niño ingenuo que estaba perfectamente informado sobre la naturaleza de la guerra y su misión", pasando a ser uno de los momentos más populares del largometraje.
Pese a las dudas de su equipo, Spielberg tomó las decisiones adecuadas para el desarrollo de la película. Salvar al soldado Ryan se convirtió en la segunda película más exitosa de 1998, con un presupuesto de 70 millones de dólares y una recaudación de 482 millones de dólares en la taquilla mundial. El filme fue nominado en 11 categorías en la 71º Edición de los Oscar, de los cuales acabó ganando 5 a Mejor Dirección, Mejor Montaje, Mejor Fotografía, Mejor Sonido y Mejores Efectos Sonoros. En aquel año, Shakespeare enamorado del director John Madden se hizo con la estatuilla a Mejor Película, categoría en la que ambas competían.