Hay gente que tiene mucho dinero. Los ahorros e inversiones de otros los hacen ricos y/o muy ricos, dependiendo del caso. Y también podemos hablar de muchimillonarios, un término que no encontrarás en la R.A.E. pero que a mí me parece toda una fantasía. Y probablemente en esta categoría inventada, como todo por otra parte, estaría la fortuna de Jennifer Lopez.
Y la mayor de las pruebas puede que ni siquiera sea la mansión de más de 60 millones de dólares que ahora ha puesto a la venta, sino su bolso Birkin de Hermès valorado en unos 500 mil dólares. Sí, sí, has leído bien: medio milloncito de nada. Y no es que la casa no sea carísima, pero al fin y al cabo es un inmueble, es diferente. Lo del complemento es otra cosa. Y esto lo está afirmando una periodista de moda que sabe perfectamente que hacerse con un bolso de esta categoría es más una inversión, además de un símbolo de estatus, que otra cosa. Pero es que me parece inmoral. Hala, ya lo he dicho.
En concreto el modelo que destaca en la colección de la polifacética artista, esa Jenny From The Block de la que ahora dudamos que siquiera fuese del barrio, es el Himalayan Niloticus, es decir, un diseño fabricado en piel de cocodrilo. El calificativo que hace referencia a la cordillera asiática hace referencia al color. Además tiene herrajes de oro blanco de 18 kilates y diamantes incrustados.
Pero, ¿qué otras caras conocidas han lucido este modelo de uno de los bolsos más conocidos de Hermès? Pues Georgina Rodríguez, la empresaria y pareja de Cristiano Ronaldo, Wanda Nara, exmujer de los futbolistas Maxi López y Mauro Icardi, o, como no podía ser de otra forma, Kim Kardashian.
En caso de que no lo sepas, hacerse con un bolso de Hermès puede llegar a resultar misión imposible, en especial si hablamos del Birkin, un diseño que hace unas semanas cumplió 40 años, o del Kelly. Y no, no me refiero a que sea complicado comprarlos por la cuestión económica, que también, pero bueno, el dinero lo tienes o no, sino porque antes de llegar al punto siquiera de acceder a ellos tienes que haber pasado una serie de "checks" que validan los asesores de ventas de la prestigiosa firma. Es más, cuando llegue tu momento puede que ni siquiera te ofrezcan la versión exacta del bolso que estabas esperando, pero si dices que no hay probabilidades de que tu teléfono no vuelva a sonar más. Igualito que con las bolsas de empleo del servicio público de sanidad, educación y demás. ¡Es que la misma situación!
Todo esto también influye en el hecho de los precios tan brutales que alcanzan los bolsos de la firma y en especial estos dos que menciono. ¿En qué se traduce esto también? Pues en que los diseños adquieren incluso un valor superior en el mercado de segunda mano que cuando aún no han cruzado las puertas de la tienda y salido a la calle. Una auténtica locura al alcance solo de unas pocas personas.
