Cuando Shelley Winters hizo el casting para Despertares, no se esforzó demasiado en hacer la actuación de su vida: se sentó y, después de un rato en silencio, sacó uno a uno sus dos Óscar, por El diario de Ana Frank y Cuando solo el corazón ve. Después de un rato más, dijo "Algunas personas creen que puedo actuar. ¿Aún queréis que haga el casting?". Consiguió el papel... aunque poco después el director Penny Marshall acabaría sustituyéndola. Una pena, porque sería una de las historias más épicas del cine moderno.
Despertad, familia
Mientras Winters hacía exhibición de fuerza, un actor de 23 años llamado Mark Sinclair intentaba abrirse paso en el turbulento mar de Hollywood, pero no le salía ningún papel... hasta que consiguió el de extra sin acreditar en Despertares. Por aquel entonces ya había decidido cambiarse el nombre por el de Vin Diesel: Vin por el apellido de su madre antes de casarse (Vincent) y Diesel por la energía que demostraba en el escenario.
Despertares no fue un éxito gracias a este nuevo actor, obviamente, sino a la química entre Robert De Niro y Robin Williams, que hicieron dos interpretaciones increíbles que recaudaron 108 millones de dólares en taquilla, convirtiéndose en uno de los mayores éxitos de 1990. Pocos imaginaban que ese extra que abría y cerraba la puerta en un plano sería una de las mayores estrellas del mundo 35 años después.
Diesel se labró su propia carrera, ojo: tenía claro que nadie iba a confiar en él si no demostraba antes quién era y por eso dirigió, guionizó y produjo su propia película, Strays, que le abrió las puertas de conocer a Steven Spielberg y aparecer brevemente en Salvar al Soldado Ryan. El resto es famil... es historia.