"Para unos se trata del mejor director de todos los tiempos, un genio total y absoluto, un malicioso renovador de los géneros clásicos, una figura romántica detallista y obsesiva hasta el delirio, y el gran independiente que acabó huyendo de la pesadilla americana para dar a luz algunas de las películas más lúcidas y pesimistas de todos los tiempos. Para otros, estamos ante uno de los mayores fraudes artísticos de las últimas décadas, un técnico sin alma, un realizador sensacionalista y más bien pedestre que sustituía su falta de ideas con grandes despliegues de todo aquello que sirve para ocultar las propias carencias en una película". Así describía a Stanley Kubrick, uno de los cineastas más influyentes pero también polémicos de la historia, el crítico Carlos Losilla en su crítica para SensaCine de la que sin duda es una de sus películas más representativas: 2001: una odisea del espacio (1968), una obra maestra de la ciencia ficción, imprescindible para cualquier cinéfilo y una de las grandes influencias para generaciones venideras de cineastas tanto dentro como fuera del género.
Entre ellos, James Cameron y Steven Spielberg, quienes han reconocido haber quedado completamente impactados por el filme. "Vi la película 18 veces en los dos primeros años de su estreno. Todas en el cine", confesaría Cameron. Y recuerdo a un chico que corrió por el pasillo gritando: '¡Es Dios!' Y lo decía en serio en ese momento".
Otro de los grandes cineastas que han pasado toda su vida venerando la obra de Kubrick es Christopher Nolan, quien nunca se olvida de ella a la hora de hablar de sus películas favoritas y de las que más influencia han tenido en su cine.
Sin embargo, el ganador del Oscar a Mejor director por su trabajo en Oppenheimer no solo se ha deshecho en elogios hacia la película de Kubrick, sino también hacia una de las personas que hicieron posible su grandeza y que, sin embargo, ha quedado en un segundo plano durante 60 años.
Según admitió Nolan en una entrevista con Film Comment después de presentar una proyección de 2001: Una odisea en el espacio en el Festival de Cine de Cannes para celebrar el 50 aniversario de la película en 2018, la brillante interpretación principal de Keir Dullea como el astronauta Dave Bowman "siempre ha sido eclipsada" por la magnitud de todo lo que rodea a la película" por la propia grandeza de la epopeya de ciencia ficción.
Claramente, la interpretación siempre se ha visto eclipsada por la magnitud de todo lo que rodea a la película. Quiero decir, puede que sea una de las actuaciones más subestimadas de la historia del cine
"Su trabajo es complejo y en capas, dentro de estos diálogos confinados y extremadamente estrechos. Yo lo llamo 'diálogo burocrático', en el sentido de que no se trata de nada más que de la situación técnica específica exacta que están discutiendo. Pero el personaje supera eso. Es un personaje en tiempo presente; no hay nada sobre quién era en la Tierra o cómo consiguió este trabajo; simplemente está en el momento", explicó el cineasta.
