Hay parejas que parecen hechas en el cielo, concebidas por un creador superior desde sus inicios. La que forman Blake Lively y Ryan Reynolds es una de ellas. Tras doce años de matrimonio han conseguido que crea que la supervivencia del amor en Hollywood es real y que sí, que se puede llevar una relación sin tener que aludir a las complicadas agendas de uno y otro como argumento para anunciar una ruptura. O peor: en mi memoria aún está grabada a fuego la información de que Priyanka Chopra y Nick Jonas optaron por un vientre de alquiler para ser padres porque no coincidían siquiera para hacerlo de forma natural. ¡Maldito primer mundo!
No obstante, tanto Lively como Reynolds han tenido que hacer esfuerzos para cuidar lo que han construido con tanto mimo, como la protagonista de la adaptación de la novela de Colleen Hoover, It ends with us, confesó en el programa de su amiga y actriz Amber Tamblyn. Además, Reynolds también se ha manifestado en más de una ocasión aclarando algunas de las pautas que siguen para que su historia continúe funcionando a pesar del tiempo, sus empleos y los cuatro hijos que comparten.
La última muestra de apoyo en público que se han profesado ha acontecido hace apenas unas horas en el estreno del último trabajo del actor, Deadpool & Wolverine, una película que protagoniza junto a su amigo Hugh Jackman, encargado de interpretar, de forma obvia, a Lobezno.
¿Qué ha hecho Blake Lively en esta ocasión para demostrar que ella siempre le cubre las espaldas a su marido? Pues asistir al evento de promoción con un "look" apostándolo todo al rojo Deadpool en una clara referencia al traje de uno de los superhéroes más peculiares de Marvel.
La actriz ha lucido un mono de Versace en tejido brillante adornado con rosetones y diferentes dibujos que recuerdan al daño de las cuchillas de Lobezno en tonos rojizos más oscuros y negros. Se trata un diseño "off-the-shoulders" con mangas efecto guantes y botas enterizas integradas en la propia propuesta de la casa italiana.
En cuanto a su "look" de belleza apostó por un maquillaje de aspecto natural aunque, de forma evidente, muy trabajado, y una maxicoleta alta con extensiones que potenciaba su inconfundible melena rubia, uno de los mejores accesorios de la actriz.
Como no podía ser de otra forma, las joyas que ha combinado con el mono de Versace son de Lorraine Schwartz, una casa con la que lleva años colaborando y a la que le une una relación ya personal. En este caso ha incluido unos anillos, brazaletes y pendientes bastante potentes y que en conjunto lograban un aspecto muy agresivo, algo que también va en consonancia con el bolso y con el tipo de cinta que se estaba presentando.
Por otra parte, merece la pena comentar que la eterna Serena Van der Woodsen hizo acto de presencia en la alfombra roja con su amiga, la supermodelo Gigi Hadid, que hizo las veces de su Lobezno, enfundada en un inconfundible "set" de Miu Miu en amarillo conformado por un top "bandeau" tipo bandana y una falda a media pierna de tiro bajo. Tanto el bolso como los zapatos de la profesional de las pasarelas también son de la hermana pequeña de Prada. Al igual que su compañera, también apostó por una joyería bastante potente.
Sin duda, su "look" de belleza consigue contrastar enormemente con el resto de la estética, ya que presenta un acabado mucho más pulido, aunque su cabello está a medio cambio entre influencias del old Hollywood y el punk de Vivienne Westwood.