El director Lee Isaac Chung ha revivido una de las mejores películas de desastres de los años noventa gracias a su nueva obra: Twisters. Protagonizada por Glen Powell y Daisy Edgar-Jones, la cinta toma el relevo de la película homónima de 1996 que contaba con Helen Hunt y el fallecido Bill Paxton como líderes del reparto. Desde su estreno el pasado 17 de julio, muchos medios especializados han explicado las semejanzas y diferencias entre ambas. Si hay algo que la nueva película no tiene que envidiar a la original es la tensión y los problemas que existieron en el rodaje por culpa del director Jan de Bont.
Los miembros del equipo de la Twister original denunciaron el trato recibido por De Bont hace 28 años. A los problemas cotidianos de un rodaje, el cineasta sumaba situaciones que hacía que más de una persona quisiera dimitir: les obligaba a cazar tormentas durante días y después no usaba el material rodado, les empujaba, les gritaba que trabajasen más rápido, exigía cumplir con tiempos imposibles e incluso consiguió que el director de fotografía Don Burgess abandonase al finalizar la producción de la película.
El director había creado un ambiente de trabajo nefasto para el desarrollo de la película y esto llegó a los oídos de Steven Spielberg, quien participaba en el proyecto con su productora Amblin Entertainment. En el año 1996, Don Burgess contó a Entertainment Weekly que Spielberg no se molestó ni en bajar del avión para gritar y poner en su sitio a De Bont, quien tuvo que acudir a una "reunión" en el aeropuerto de Oklahoma.
La rampa bajó del avión y Spielberg caminó por ella sin nunca tocar el suelo. Se quedó allí gritándole a Jan. Ni siquiera bajó del avión. No hacía más que gritarle, señalarle con el dedo, chillarle. No sé lo que le dijo, pero estuvo ladrándole unos 15 minutos y volvió a subir al avión. El avión se fue sin que él se bajase
El director de la película se defendía afirmando que debía avisar a sus trabajadores cuando eran torpes o no estaban haciendo bien su trabajo. Esta explicación no resta importancia a situaciones tan graves como que Helen Hunt sufriese una conmoción cerebral, debido a un golpe que recibió rodando una escena en un maizal, o que Bill Paxton se rompiese una costilla al salir de uno de los coches del rodaje.
La intensidad del sonido de esta película dañó los altavoces de varios cines: 28 años después regresa con una secuelaEl producto final realizado por el equipo fue un éxito: tras contar con un presupuesto de 92 millones de dólares, Twister logró recaudar la friolera de casi 500 millones de dólares en todo el mundo. Los espectadores quedaron impresionados y se convirtió en una de las películas de desastres más importantes de la historia del cine. Lamentablemente, seguro que hay miembros del equipo que todavía se arrepienten de haber formado parte de esa historia.
