A la pareja formada por los cineastas franceses Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière, la jugada de llevar al cine, de nuevo, la inmortal novela de Alejandro Dumas, Los tres mosqueteros, les salió redonda. Fue todo un éxito de crítica y público, lo que, seguramente, propició que, de nuevo, rebuscaran en la biblioteca más cercana de su barrio de residencia para buscar qué otra novela podían llevar de nuevo al cine, con aires renovados pero con el mismo aire de surperproducción que su anterior dupla. Y si podían repetir autor, mejor que mejor.
Dicho y hecho, la pareja se puso manos a la obra, esta vez para llevar de nuevo a la pantalla una historia inmortal de venganzas, la de El conde de MonteCristo, esta vez encarnado por el actor Pierre Niney. Niney es un gran conocido por estos lares por su participación en títulos como la maravillosa Frantz, de François Ozon, El hombre perfecto, de Yann Gozlan o el biopic de Yves Saint Laurent dirigido por Jalil Lespert.
14 años preparando una venganza
En la historia escrita por Alejandro Dumas nos encontramos con el joven Dantès, que está enamorado hasta las trancas de la joven Mercedes, el amor de su vida. Sin embargo, ser una persona de éxito también conlleva tener enemigos envidiosos. Es por ello que es denunciado por alta traición y encarcelado, sin juicio, en el Château d’If durante nada menos que 14 años.
Durante todos esos años, como si del protagonista de Old Boy se tratara, fue creciendo en él un sentimiento letal de venganza contra los que le habían destrozado su vida. Su compañero de prisión, Abbé Faria, le instruyó adecuadamente para llevar a cabo su plan. Tras escapar de su encierro y hacerse con el legendario tesoro escondido en la isla de Montecristo, regresa con una gran fortuna y un maquiavélico plan para que se haga justicia, asumiendo diferentes personalidades, cortejando a sus enemigos y hasta altos dignatarios para saciar su sed de venganza.
Estrenada fuera de concurso en la pasada edición del Festival de Cannes, esta nueva versión de la novela de Alejandro Dumas causó una buena impresión entre la crítica y los espectadores. Por ejemplo, en Deadline la definen como una “suntuosa y apasionante adaptación que la hace parecer nueva” y en Variety no dudan en asegurar que se trata de “una espléndida actualización del clásico francés, que acaba resultando atemporal y emocionantemente nueva, un relato difícil de condensar pero que los directores han conseguido hacerlo de manera brillante”.
Aunque difícil de condensar, la pareja de directores han optado, en esta ocasión, por entregar solo una película, eso sí, larguísima: nada menos que 178 minutos (si no te gusta hacer cálculos, 3 horas menos dos minutos) para trasladar toda la emoción y el espectáculo de ese tipo de películas que muchos aseguran que ‘ya no se hacen’ y que puede reunir frente a la pantalla del cine a padres e hijos adolescentes, ya que está recomendada para mayores de 12 años.
Os dejamos con una escena en exclusiva para ir abriendo boca hasta su estreno oficial solo en cines, el próximo 9 de agosto.