Henry Fonda se ha convertido en una de las leyendas western más famosas de todos los tiempos en parte gracias a su carismática aparición como el villano Frank en el clásico de Sergio Leone Hasta que llegó su hora (1968), aunque a lo largo de sus casi 50 años de carrera destacan otros grandes títulos de todos los géneros, como Las uvas de la ira o 12 hombres sin piedad. Cinco años después, el actor coincidiría con uno de los grandes favoritos del Oeste, Terence Hill, bajo la batuta de Tonino Valerii en 1973, cuando ambos coprotagonizaron Mi nombre es ninguno, escrita también por Leone.
Aunque menos conocido en comparación con otros de los trabajos tanto de Sergio Leone como del propio Fonda, Mi nombre es ninguno también es un wéstern completamente emblemático, puesto que del mismo formaron parte piezas completamente icónicas del western: ya no solo los mencionados actores y guionista, sino también un tercer veterano que, con su trabajo creativo, contribuyó en su día a su gran valor: el maestro Ennio Morricone, que escribió la música de la trilogía del Dólar por la que le recordaremos siempre, entre otros inconfundibles trabajos.
Il mio nome è Nessuno, el título original italiano de la película, está ambientada en Nuevo México en 1899 y comienza de manera tan épica como muchos otros 'spaghetti westerns': en la secuencia inicial, crepitante de alta tensión, somos testigos de cómo el veterano pistolero Jack Beauregard (Fonda) se da el capricho de afeitarse en una barbería. Sin embargo, no tiene ni idea de que el barbero no es quien dice ser y que en el calor sofocante fuera del salón se está reuniendo un dúo de gánsteres que persiguen su cabeza.
Pero aunque Beauregard ya no es el más joven y ya está planeando su partida a la tranquila Europa, pronto demuestra sus cualidades con el arma: los tres oponentes terminan muertos en el polvo y en la silla. Mientras continúa su viaje, el pistolero conoce al extraño Nobody (Terence Hill), uno de sus más fervientes admiradores que no quiere que Beauregard se retire y organiza un duelo con una banda de 150 forajidos conocida como la Horda Salvaje.
“La película tuvo una gran influencia en todos nosotros”: Esta obra maestra del western emocionó a Martin ScorseseCasi dos horas después del grandioso estreno, el director Tonino Valerii, que anteriormente dirigió los spaghetti westerns El día de la ira y Cazador de recompensas se maneja hábilmente en el género, ya se trate de tomas de segundos de caras sudorosas, zooms a las miradas tensas o fotogramas congelados intercalados durante tiroteos y explosiones: el cineasta italiano domina su oficio, con la ayuda de Morricone, consigue bordar la atmósfera.
Al mismo tiempo, la película logra diferenciarse del clásico western en algunos momentos, especialmente de la mano de ingeniosos dichos y chistes con los que Terence Hill se muestra en su salsa.
La excelente noticia es que Mi nombre es ninguno puede verse actualmente en 'streaming' de forma gratuita a través de la plataforma PLEX, para la que tampoco necesitas suscripción.