Ahora nos parece sencillísimo hacer escenas como las de Jumanji: las hemos visto mil y una veces en blockbusters de todo tipo. Sin embargo, en su época era algo sorprendente. Era 1995, los ordenadores acababan de descubrir Windows 95 y lo más loco que se había hecho con un ordenador fue un plano de La bella y la bestia y cortos de Pixar como Tin Toy o Knick Knack. Sin embargo, en el guion se indicaba que tenían que mostrar una escena con rinocerontes atacando el pasillo de una casa. A grandes males, grandes remedios.
A rino de otro costal
Lo que hicieron fue, en la escena de la biblioteca, romperla con dos gigantescos rinocerontes azules a los que después pondrían cara en la post-producción de Industrial Light & Magic. De hecho, incluso desarrollaron un software solo para crear expresiones faciales realistas en la cara de los animales, al que llamaron iSculpt. Sin embargo, no todo salió tan a pedir de boca como pretendían.
Y es que hubo un error grave en esa escena que, por suerte, nadie del público pilló: en el segundo 1:45:04 vemos un rinoceronte más lento que los demás. No debía ser así. De hecho fue un error de animación que acabaron dejando en metraje, provocado por un frame rate incorrecto. Al final, añadiendo los ruidos de estampida y la polvareda levantada por los animales prácticamente no se notaba.
Al final, Jumanji ni siquiera acabó siendo nominada a los premios Óscar de mejores efectos especiales, que ese año acabó llevándose Babe, el cerdito valiente... que competía solo con otra película, Apolo 13. Ambas muy merecedoras del premio, pero, ¿de verdad Jumanji y su estampida de rinocerontes no habría tenido cabida ahí?