Mientras Brad Bird estaba preparando Los Increíbles en Pixar, el dios del anime, Hayao Miyazaki, fue a visitar los estudios, y Bird no perdió la oportunidad de enseñarle eso en lo que estaba trabajando para saber si para él tenía sentido o solo era "un sinsentido yanqui". Miyazaki le contestó que le parecía que estaba tomando un gran riesgo, y Bird se sintió satisfecho: la película acabó recaudando 631 millones de dólares en todo el mundo y, durante años, los fans estuvieron pidiendo una secuela.
Increíble casualidad
Bird ya abocetó en 2004 lo que sería la secuela de Los Increíbles, donde Elastigirl y Mr. Increíble cambiarían sus puestos y Jack-Jack tendría un montón de poderes a espaldas de su familia. Pero entonces, el boom de los superhéroes llegó y la fue posponiendo hasta que en Pixar, básicamente, le preguntaron de manera insistente si tenía una secuela en mente. Trató de evadir todos los tópicos posibles pero es innegable que llegó en el momento exacto, recaudando 1243 millones de dólares.
Y, además, Bird puso una atención al detalle fantástica, sobre todo para unir dos películas con quince años de diferencia. Si en la primera aparición de Síndrome en Los Increíbles una señora le confundía con un tal "Fironic", en Los Increíbles 2 le vemos por fin y entendemos el problema: su traje es increíblemente similar al de Síndrome, un guiño que llevaba cocinándose durante más de una década.
Pero la película no es todo lo que él quería hacer, y la producción hecha a toda velocidad (Pixar la adelantó un año, lo que le hizo perder mucho tiempo de preparación) hizo que la versión final se quedara a medias. Eso no quita para que, obviamente, ya estén todos pensando en una tercera parte que llegará de manera inevitable. El ciclo de la vida (y de Pixar).