Que te castigasen en el instituto era un suplicio, pero que el castigo fuese pasar nueve horas de tu sábado dentro del instituto, ya es algo insoportable. Aunque no para John Hughes, el director y guionista que imaginó toda una película alrededor de esta premisa, cambiando la vida de cinco estudiantes para siempre. La producción de la cinta costó dos duros: Hughes consiguió rodar El club de los cinco, película que se convertiría en todo un clásico de los ochenta y que multiplicaría por diez los ingresos iniciales.
La película se centra en cinco adolescentes con personalidades muy dispares que deben cumplir con un castigo impuesto por el instituto Shermer. Andrew (Emilio Estevez), John (Judd Nelson), Allison (Ally Sheedy), Brian (Anthony Michael Hall) y Claire (Molly Ringwald) no tienen absolutamente nada que hacer durante las nueve horas que dura su encierro, solo se les ha encomendado escribir una absurda redacción encargada por su director.
Nada más conocerse no tienen absolutamente nada de lo que hablar. A medida que va pasando el tiempo, los cinco comienzan a abrirse y a confesarse los unos con los otros sobre temas tan importantes en la adolescencia como sus miedos, sus secretos, sus problemas y sus emociones.
Cinco desconocidos con cinco personalidades completamente contrarias, terminan forjando una amistad que esperan que perdure en el tiempo. El gamberro, la princesa, el musculitos, el cerebrito y la rara no son tan distintos como parecen después de todo.
Hughes contó con cinco millones de dólares de presupuesto para sacar adelante la película, cifra que puede resultar insignificante teniendo en cuenta que el director consiguió recaudar más de 50 millones de dólares en todo el mundo. Su gran éxito la han consolidado como uno de los títulos imprescindibles de la época de los ochenta, aunque su protagonista ya no la ve con tan buenos ojos como antes.
Molly Ringwald, la musa de John Hughes
La actriz Molly Ringwald ha aparecido en distintos títulos de la filmografía de Hughes, entre ellos El club de los cinco, La chica de rosa y Dieciséis velas. La opinión y la visión de Ringwald eran fundamentales para el director, quien no dudaba en escucharla si quería realizar algún cambio en alguna de sus películas. Por ejemplo, en este mismo título, la actriz consiguió que el cineasta eliminara una escena en la que uno de los profesores espiaba a otra profesora nadar desnuda.
Sin embargo, Ringwald ha crecido, ya no es la adolescente que protagonizaba las películas de Hughes y su forma de entender la vida ha cambiado por completo. La actriz ganó muchas batallas con pequeños cambios en las cintas antes nombradas, pero, a día de hoy, considera que muchos detalles le pasaron desapercibidos, catalogando algunas escenas como "racistas, misóginas, y en algunos momentos, homófobas".
La escena más difícil de realizar en la historia del cine: 5 millones de dólares, 1 año y 135 cámaras para rodar una sola palabra del guiónUna de las decisiones más señaladas es el momento en el que John Bender (Nelson) le toca el culo a Claire (Ringwald) sin su consentimiento y ante el enfado de ella, él la tacha de "remilgada". Al final de la película, este acontecimiento ya ha sido olvidado y los dos se convierten en pareja. Este tipo de comportamientos son los que Ringwald desearía que no sirviesen como ejemplo para las generaciones futuras.