En los albores del Universo Marvel Cinematográfico la continuidad era más una quimera que una realidad: claro que querían llegar a hacer Los Vengadores, pero de momento era solo una promesa sin fuste. Tanto, que no les importaba poner y quitar actores porque, total, ¿quién se iba a dar cuenta? Es lo que pasó con Terrence Howard, que de la primera a a segunda parte mutó y se convirtió en Don Cheadle. ¿El motivo? Bueno, no es tan sencillo.
Crack, figura, máquina (de guerra)
Aparentemente, al director de la película, Jon Favreau, le disgustó profundamente trabajar con Howard, y desde Marvel acabaron eliminándole de la ecuación. El propio actor implica que hubo un incumplimiento de contrato, y, al final, la única verdad es que Cheadle tuvo que decidir, tras una llamada, si firmaba un contrato por seis películas en tan solo unas horas, al estilo 24.. Decidió a su favor, como todos sabemos, y a sus 59 años no parece cansarse de interpretar a James Rhodes, al que probablemente volvamos a ver en Vengadores: Doomsday.
Sin embargo, volviendo atrás, en 2010 tenía que hacer su primera aparición ante las cámaras sustituyendo a Howard, y lo que dijo fue un mensaje hacia los fans de Marvel, cuando aparece en el juicio y calma a Tony Stark: "Mira, soy yo. Estoy aquí. Acéptalo. Sigamos adelante". Lo curioso es que esta frase, aparentemente, fue improvisada por el propio Cheadle, según ha confesado Kevin Feige. A eso se le llama entrar a un universo por la puerta grande.
Aunque Cheadle firmó solo por seis películas, lo cierto es que ya ha aparecido en siete (incluyendo la post-créditos de Capitana Marvel) y supuestamente iba a protagonizar Armor Wars, la serie convertida en película que ha quedado en el limbo de Marvel pero que puede resucitar en cualquier momento. Vamos, que el actor no se va a ir volando a ningún sitio.