Hace apenas unos días que ha comenzado el Festival de Venecia y ya nos ha dejado momentos memorables sobre la alfombra roja: desde el "look" de Dior de Jenna Ortega en un guiño a su compañera de reparto en Beetlejuice Beetlejuice, Winona Ryder, hasta los impecables vestidos de Cate Blanchett, siempre increíble y que en Cannes aprovechó su aparición para darle visibilidad al genocidio que Israel está acometiendo contra el pueblo palestino.
Sin embargo, hay otra llegada a la "red carpet" italiana que merece la pena destacar y sin duda esa es la de Angelina Jolie, que ha vuelto a ponerse delante de las cámaras después de un tiempo dedicada en especial a la dirección, producción y a su último proyecto empresarial, la firma de moda Atelier Jolie.
La actriz ha hecho acto de presencia en el festival para presentar Maria, un "biopic" sobre la cantante de ópera más loada del siglo XX, Maria Callas, papel que interpreta de forma brillante la artista y por lo que se ha llevado ocho minutos de ovación del público que ha disfrutado de su estreno en Venecia.
No obstante, esto no es lo único reseñable, aunque sí debería ser lo que más destacase. Pero en citas como estas, los estilismos de las grandes estrellas también tienen muchísimo protagonismo y el glamuroso "look" de Jolie no iba a ser menos. La actriz se ha metido en el papel de Callas no solo delante de las cámaras, sino que también ha querido rendirle homenaje con sus apariciones públicas en torno a la promoción de la cinta luciendo unos "outfits" que claramente referencian a la cantante.
Cuando llegó al visionado del "biopic", Jolie apareció con un increíble vestido de Tamara Ralph en color "nude" con unos favorecedores drapeados que ensalzaban su figura acompañado de una estola de pelo sintético al tono. De su "look" de belleza destacó, además de su pelo mucho más rubio, sus labios rojos, imprescindibles para conseguir esa estética más de aires Old Hollywood.
Pero lo que robó todas las miradas fue uno de los complementos que adornó el estilismo de la actriz, un broche que perteneció a la propia cantante y que actualmente se encuentra en la colección de la firma Cartier, donde están depositadas muchas de las joyas que tenía Callas.
Lo más especial de esta pieza de 1972, con forma floral y engarzada con diamantes, rubíes, esmeraldas y zafiros, es que además tiene un mecanismo que hace que los pétalos de la flor se abran y cierren. "Te puedes imaginar lo importante que ha sido poder llevar las joyas de Maria Callas", apuntó Jolie en una entrevista para Vogue, ya que las ha lucido también durante la grabación de la película gracias al trabajo del diseñador de vestuario Massimo Cantini Parrini junto a Cartier.
