En 2017, la revista americana Star puso en portada a Kate Winslet abrazada a Leonardo DiCaprio bajo el subtítulo "Por fin amantes". De nada importaba que Winslet estuviera casada con Ned Rocknroll (sí, ese fue su nombre legal, ahora vuelve a llamarse Edward Abel Smith) y que Leo la llevara al altar cinco años antes. O que realmente esas fotos en Saint-Tropez tuvieran lugar unas horas antes de una gala benéfica del actor. La gente quiere, aún ahora, verlos juntos, y que el sueño que todos nos hicimos viendo Titanic se haga realidad.
Wherever you are
Vivir a finales de los 90 significaba ver a ambos protagonistas en cada una de las revistas de los kioscos: si no era para promocionar Titanic, era una supuesta entrevista para conocer "el lado picante" de Leonardo o el anuncio (falso) de que finalmente se habían besado. Lo único cierto es que ambos se quieren mucho, sí, pero como amigos. Siento pincharos esta burbuja, pero no os preocupéis, porque traigo metadona para llenar ese vacío que tenéis en el corazón.
Y es que las escenas eliminadas de Titanic nos traen, entre muchas otras, una que debería haberse quedado en la película porque el público adolescente de la época no habría estado hablando de otra cosa durante años. Se trata de un momento entre Jack y Rose en la sala de máquinas donde, entre vapores y maquinaria, se dan un beso de película. Sinceramente, está al mismo nivel de calentura que la escena del coche.
Por cierto, James Cameron enseñó el coche en cuestión hace unos años y, efectivamente, la mano de Kate Winslet sigue ahí, como demostrando que durante un tiempo todas las revistas y adolescentes del mundo soñamos, al mismo tiempo, con que ni un barco podía parar el amor de dos mega-estrellas de Hollywood.