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    'Regreso al futuro' cometió un desagradable error jugando al engaño con uno de sus personajes en la segunda película: el asunto acabó en juicio... y perdieron
    Randy Meeks
    Randy Meeks
    -Redactor de cine y series
    Juntaletras acomodado, redactor con gato eterno en las piernas, tuitero irredento, millennial orgulloso a su pesar. Respira cine, cree que no hay película mejor que 'El crepúsculo de los dioses' pero en su colección de Blu-Ray no falta 'Super Mario Bros'. La de los 90.

    Crispin Glover no volvió, pero creíste que sí

    De todos es bien sabido que la saga de Regreso al futuro empezó con un despido. Concretamente, el de Eric Stoltz, que iba a interpretar a Marty McFly en Regreso al futuro y después de un mes fue sustituido por Michael J. Fox. La saga se hizo tremendamente famosa, pero no dejó de lado algo que, sin querer, parecía parte de su ADN: sustituir unos actores por otros entre películas. ¿No conocéis la triste historia de Crispin Glover?

    Regreso al futuro II
    Regreso al futuro II
    Fecha de estreno 22 de diciembre de 1989 | 1h 48min
    Dirigida por Robert Zemeckis
    Con Michael J. Fox, Christopher Lloyd, Lea Thompson
    Medios
    3,3
    Usuarios
    4,3
    Sensacine
    4,5
    Ver en Amazon Prime Video

    Tu cara me suena

    En Regreso al Futuro II hubo dos intérpretes que no volvieron. La primera fue Claudia Wells, que iba a repetir su papel como Jennifer, la novia de Marty, en la secuela, pero cuya madre enfermó de cáncer y decidió cuidarla en su lugar. Fue sustituida por Elisabeth Shue, que incluso volvió a rodar las escenas del final de la primera parte plano por plano para que todo quedara niquelado. Fue decisión de la actriz y no hubo mayor problema. Pero sin embargo, Crispin Glover sí que la lió.

    Y es que cuando pidieron al actor que volviera como el padre de Marty, pidió mucho más dinero de lo que le daban a un actor de su experiencia en aquel momento: unos 120.000 dólares. Él, que ya había salido mosqueado de la primera película (sentía que se recompensaba a los personajes con dinero, y no con amor), terminó por no firmar el contrato y, por tanto, ficharon a otra persona que le sustituyera: Jeffrey Weissman.

    El problema fue que, para que no se notara mucho el desaguisado, intentaron que se pareciera a Glover utilizando prostéticos: barbilla, nariz y mejillas. De hecho, algunos de los que utilizaron para el George McFly de 1985 fueron reutilizados en Weissman, y Glover acabó denunciando, con motivo, a los productores de la película porque no había dado su permiso para que se utilizara su imagen. Ganó, claro, y ahora es un caso clave en los derechos de imagen de los actores. Tanto, que incluso la SGA obligó a poner cláusulas en los contratos para evitar que volviera a ocurrir. Visto lo visto, seguro que a Universal le hubiera gustado poner un dinerillo de más en el contrato de Glover, ¿verdad?

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