James O'Barr estaba sufriendo. Su prometida acababa de morir a manos de un conductor borracho y no sabía qué hacer con la pena que tenía en su interior, así que decidió verterlo todo en un cómic: en 1989, El Cuervo pilló por sorpresa a la industria y vendió casi un millón de copias en todo el mundo. Sin embargo, parecía que la saga estaba marcada por la desgracia, porque durante el rodaje de su adaptación, como todos sabemos, Brandon Lee fue disparado por error con una pistola real y falleció en el set de rodaje. No es de extrañar que nadie quisiera hacer el remake, ¿no?
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The crow(n)
Ya sea por morbo o por interés, lo cierto es que en 1994 El cuervo fue un éxito, cuadruplicando en taquilla su presupuesto y dando lugar a una saga que tuvo tres secuelas y una serie de televisión de la que ya nadie se acuerda. Al menos tuvieron la suficiente cabeza como para desechar la primera idea con la que vinieron a la mesa, que era convertir el gótico y oscuro cómic en un musical protagonizado por Michael Jackson. A quién se le ocurre.
Pero, aunque la adaptación fuera más o menos decente para el autor, lo cierto es que tiene un agujero de guion que sigue llevando a la gente de cabeza desde hace treinta años. En un momento dado, Eric (o sea, el protagonista) aparece con cinta aislante pegada a sus manos y su estómago, sin motivo aparente. En realidad, se debe a una escena eliminada en la que, cuando eric está débil, es atacado por Eric con una navaja que le corta, claro, las manos y la ropa.
En esa escena, disponible en formato doméstico, Eric acaba con él y se tapa las heridas con cinta aislante. Podría ser simplemente un gusto cosmético del director, Alex Proyas, pero lo cierto es que había un motivo detrás de esta decisión. ¿Hablaremos dentro de treinta años del remake de 2024? Francamente, lo pongo en duda.