Como diría Pitbull, "been there, done that". En efecto querida Jennifer Lopez: yo he sido tú y tú eres yo. Y muchas de las personas que estén leyendo este artículo también se sentirán identificadas por la situación que estás atravesando. Y no, no hablo en sí de tu separación, y más que probable divorcio, de Ben Affleck, sino del hecho de haber confiado por segunda vez en una persona de la que claramente debes de haber estado enamorada y que posiblemente te haya demostrado en incontables ocasiones que no estaba a tu altura o que no te merecía.
Que sí, Jennifer, que es lo típico que todas veíamos. Que no puede estar una llena de ganas de vivir, siendo una mujer de 10 de los pies a la cabeza, una curranta nata, sí, con tus fallitos, y con alguien al lado que pone cara de hastío todo el tiempo que vais de la mano, que paseáis o que os vais de luna de miel a París. ¡Hombre, por favor, ya basta! Es que en serio, ya está bien de cucarachos. Yo desde luego estoy cansadísima.
Y oye, que se dice, se comenta, que Affleck se llevó sus cosas de la casa de 68 millones de dólares que compartía con la artista allá por abril. Pero sin decirle nada a ella. El "ghosting" más extremo de todos los tiempos si me preguntan. Qué agotamiento, de verdad.
¿Y qué ha pasado ahora con JLo? Pues que se ha aplicado la de Shakira y Karol G, se ha puesto triple eme: más dura, más buena, más mala. Y claro, lleva subiendo fotones todo el verano a su cuenta de Instagram, se marcó un fiestón temático de Los Bridgerton cuando cumplió 55 años y ha hecho su primera aparición pública después de que saltase la noticia del divorcio con un vestido al más puro estilo de Lady Di. De la venganza quiero decir.
Jennifer Lopez ha acudido a la alfombra roja de Unstoppable en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) con un diseño hipersensual de Tamara Ralph plagado de "paillettes" en plata y con unos detalles "cut-out" en los laterales, con escote "side boob" incluido y maxilazos en terciopelo negro que dibujaba su inconfundible silueta de forma impecable. ¿Que cómo me he quedado yo? Pues sin palabras, porque el momento lo merece y ella también.
Y es que a pesar de que Jennifer Lopez ha tenido momentos bastante controvertidos a lo largo de su carrera, también es cierto que siento que deberíamos pedirle disculpas por alguna que otra cosilla, comenzando por cómo muchos la han culpado por esa actitud pasota que su exmarido ha mantenido con ella en muchas apariciones públicas. Sí, hombre, lo de que parecía tener que fingir el interés y el cariño por su propia mujer.