James McAvoy se pasó el rodaje de No hables con extraños regulando dos géneros que parecen opuestos, pero que, bien combinados, dan un increíble resultado. "Pensé que ese tiro y afloja con el público sería divertido de calibrar y orqustar", cuenta el actor en SensaCine. El 'thriller' del actor incomoda al público porque pasa de la comedia al terror y juega a la duda con Paddy, su personaje, un hombre encantador y malvado. "La película se mueve en la cuerda floja", explica McAvoy. "A un lado hay comedia. Al otro hay miedo y terror. No puedes lanzarte a un lado o a otro, tienes que mantenerte en esa línea todo el camino".
No hables con extraños, dirigida por James Watkins, llega a los cines el 13 de septiembre y es la versión estadounidense del filme danés Gæesterne (2022), una película que McAvoy decidió no ver hasta terminar el rodaje de la suya. "No quería tener las decisiones de otra persona en mi cabeza", reconoce. "Intenté hacer lo que me parecía natural y ponerlo en pantalla. No quieres tener lo que le pareció natural o real a esa persona. Así que me mantuve alejado hasta que terminé".
La historia sigue a Louise y Ben, un matrimonio que no está pasando por su mejor momento cuando una pareja de conocidos les invita a su casa en el campo. El lugar parece idílico, pero su viaje se convierte en una pesadilla.
¿Irías a la casa de una pareja que acabáis de conocer en otro país? El 13 de septiembre llega a los cines la terrorífica 'No hables con extraños'UN BAILE CON EL ESPECTADOR
Universal Pictures
"El terror de esta película es el lado oscuro de la psicología humana y cómo la gente interactúa", explica Watkins sobre No hables con extraños. "Hice una película hace muchos años llamada Eden Lake (2008) que era un 'thriller' social y esta me recordó y me llevó de vuelta a ese mundo", dice el cineasta sobre su reacción al ver el filme original.
Como añade:
Vivimos en la era de la ansiedad y todos tenemos ansiedad sobre cómo vamos a negociar las normas sociales, y la película original habla sobre eso. Pensé: 'Creo que puedo profundizar en eso'. También, al situarla en Reino Unido, podía hacerla mía, podía introducir mis propios matices porque conozco ese mundo, conozco a esos personajes, he vivido en América y sé cómo los americanos podrían interactuar en ese mundo. El ADN empezó a cambiar y a mutar un poco y se convirtió en algo independiente. Necesitas reimaginar algo porque, de otra forma, ¿qué sentido tiene?
Ben y Louise Dalton son los protagonistas, una pareja norteamericana interpretada, respectivamente, por Scott McNairy y Mackenzie Davis, que ya trabajaron juntos en la serie Halt and Catch Fire (2014). "Fue muy fácil. Nos conocíamos desde hace cuatro años", recalca Davis. "La química ya estaba allí. No es algo en lo que tuviésemos que trabajar demasiado", añade McNairy. Sus personajes, junto a su hija pequeña viajan a la casa de Paddy, Ciara, la pareja a la que dan vida McAvoy y Aisling Franciosi.
"Tiene un matrimonio complicado, está algo distante con su hija, ha perdido su trabajo…", señala McNairy sobre su personaje. "Tienes a un tío que va allí porque cree que es una cura. Cree que eso va a ayudar a su matrimonio, cree que va a mejorar la relación con su hija, cree que va a ayudar a su ego, su trabajo, a su confianza… Hay un motivo por el que Ben hace ese viaje".
Blumhouse
Una vez en casa de esta extraña pareja, Louise y Ben ven comportamientos extraños en Paddy, pero la duda y los malentendidos están a la orden del día. "¿Es magnéticamente encantador o es diabólicamente aterrador?", reflexiona Watkins sobre el personaje de McAvoy.
Como explica:
Los personajes de Mackenzie y Scott nunca están seguros de cómo leerlo. Como público, nunca estamos del todo seguros si, en algún momento, se revelará un secreto. Conocemos el género de la película, así que intuímos que algo pasará, pero estamos constantemente pensando: 'Vale. Estoy encandilado con este tipo pero es un poco inquietante
McAvoy no resulta solo incómodo para los protagonistas. No hables con extraños juega continuamente con el espectador, algo que Watkins conoce muy bien siendo fan del maestro del suspense: Alfred Hitchcock. "Es mi cineasta favorito y estaba muy concienciado con la conversación con el público", indica. "Cuando estábamos en edición es lo que intentábamos hacer. Decía: '¿Cuánto podemos empujar y mantener el público de nuestro lado y seguir provocándoles sin perderles y teniéndoles siempre en mente?'. Es un baile extraño entre el cineasta y el público. Es un baile muy divertido".
