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    Las mujeres malditas de 'El llanto': El patriarcado como terror en la nueva película de Ester Expósito | San Sebastián día 5
    Andrea Zamora
    Andrea Zamora
    -Redactora
    Fan de la fantasía, el ‘thriller’ y la ciencia ficción. Vive entre los muros del Hogwarts, los mundos inventados y las historias de superhéroes.

    La película de Pedro Martín-Calero coescrita con Isabel Peña compite por la Concha de Oro junto a la comedia 'El hombre que amaba los platos voladores'

    Andrea nació en Argentina, pero no lo supo hasta que tuvo edad para entrar en la universidad. De su madre biológica ha heredado un certificado de nacimiento y un hombre que la persigue. Solo puede verle a través de la cámara de su teléfono móvil, pero está en todas partes: en los vídeos con sus padres adoptivos, en las fotos con sus amigas y detrás de su novio cuando habla con él por videollamada. También ha empezado a escuchar a una mujer llorar. Los gemidos salen de un edificio que ha visto antes en otra parte del mundo.

    El llanto
    El llanto
    Fecha de estreno 25 de octubre de 2024 | 1h 46min
    Dirigida por Pedro Martín-Calero
    Con Ester Expósito, Mathilde Ollivier, Malena Villa
    Medios
    3,1
    Usuarios
    3,0
    Sensacine
    4,0

    La Sección Oficial del Festival de Cine de San Sebastián se pone el disfraz del terror con El llanto, la película de Pedro Martín-Calero con guion de Isabel Peña. Ester Expósito es una de las protagonistas de la película, que divide su historia en capítulos, cada uno dedicado a una mujer: las víctimas de la extraña entidad masculina que persigue a Andrea.

    El arranque de El llanto es visualmente apabullante. El uso del sonido a lo largo de toda la película, inquietante, y el juego que el filme hace con las pantallas -en concreto con la del móvil del personaje de Andrea, a quien da vida una estupenda Ester Expósito-, tremendamente interesante. La suma de todas estas partes da como resultado una atmósfera atractiva y grandes momentos de terroren escenarios que nos son tremendamente familiares: el ser maligno que no puede ver nadie más que la protagonista, la casa encantada y un misterio que uno de los personajes se empeña en resolver.

    Ester Expósito en 'El llanto' Universal Pictures
    Ester Expósito en 'El llanto'

    El llanto va mutando a medida que va presentado a sus personajes. De la Andrea de Espósito, el filme pasa a la Camila de Malena Villa, una estudiante de cine que se obsesiona con una mujer a la que vigila a través de la cámara. Marie (Mathilde Ollivier) es otra de las protagonistas de este relato que recuerda a It Follows (2014) en la idea de una entidad que pasa de una persona a otra, pero en lugar de por el sexo, aquí todo tiene que ver con la sucesión y el legado. El llanto se aproxima también a Háblame (2023) porque la metáfora de la enfermedad mental y su herencia es parte del núcleo de la historia. No obstante, lo que vincula a todas las mujeres es el patriarcado, que se convierte en el centro del terror de las historias de todas ellas.

    Huyendo de la sobreexplicación, El llanto es sutil y elegante en el desarrollo de su historia y parece dejar abierta la puerta a que cada espectador decida qué significa lo que acaba de ver. Aunque en el segundo acto decae, la película cierra con una secuencia de puro terror visual y físico que eleva el desenlace, y cierra con un epílogo que redondea y pule todo el relato. De lo mejor de terror español del año.

    'El hombre que amaba los platos voladores': Elegir creer

    Leonardo Sbaraglia como José de Zer en 'El hombre que amaba los platos voladores' Netflix
    Leonardo Sbaraglia como José de Zer en 'El hombre que amaba los platos voladores'

    Un pastizal quemado en manos de un mitómano puede convertirse en una de las creaciones audiovisuales más recordadas de la historia de la televisión argentina. Ocurrió de verdad, allá por 1986. José de Zer, periodista, y el Chango, su camarógrafo, convirtieron La Candelaria (Córdoba, Argentina) en un lugar de visita casi obligada. Con sus reportajes trucados sobre la presencia de alienígenas, el turismo aumentó y la gente decía ver ovnis.

    Diego Lerman ha cogido la historia de José de Zer y lo ha convertido en su nueva película, una comedia agradable y simpática con un gran Leonardo Sabaraglia en el papel protagonista. El hombre que amaba los platos voladores es otra de las películas que compite por la Concha de Oro.

    En El hombre que amaba los platos voladores hay momentos cómicos, pero también una exploración del protagonista. El relato juega a la confusión, provocando la duda en el espectador: ¿es real todo esto o solo una consecuencia de la locura del personaje de Sbaraglia? Y, aunque la expectativa es clave para que la historia atrape, no es suficiente para apuntalar todo el filme.

    Reírse con El hombre que amaba los platos voladores está asegurado, pero no tanto que la película deje algo de poso más allá de conocer una disparatada historia real. 

    'Yo, adicto': De cara y sin remilgos

    Oriol Pla como Javier Giner en 'Yo, adicto' Disney+
    Oriol Pla como Javier Giner en 'Yo, adicto'

    Como viene siendo habitual en el Festival de San Sebastián desde hace años, las series también tienen un hueco en la Sección Oficial. Yo, adicto es una de ellas. La ficción de Disney+ adapta la novela autobiográfica de Javier Giner. A lo largo de sus seis episodios, Yo, adicto cuenta el viaje del profesional del audiovisual cuando decide ingresar en un centro de desintoxicación. El propio Giner es creador junto a Aitor Gabilondo y director junto a Elena Trapé.

    Yo, adicto es una serie sincera y auténtica que va de frente desde su primer episodio y no se anda con remilgos a la hora de mostrar las consecuencias del consumo de drogas. Para algo así se necesita a un actor que juegue a favor de obra. Y ahí está Oriol Pla, encargado de interpretar a Javier Giner, en un gran ejercicio de vulnerabilidad y verdad. El actor da vida a un personaje con el que es muy difícil empatizar en sus primeros capítulos, pero que evoluciona a uno al que de verdad quieres que las cosas le salgan bien. 

    Engancha ver cómo Javier se va implicando cada vez más en las actividades del centro de rehabilitación. La comunión y conexiones que se van formando entre los pacientes son otro de los elementos a destacar del proyecto. Y eso es también en parte gracias a los carismáticos personajes que rodean al protagonista.

    Si crees que vas a encontrar en Yo, adicto solo una historia sobre la drogadicción, estás equivocado. Hay de eso, pero también humor, que siempre ayuda en los peores momentos, y de estudiarse a uno mismo, de mirarse por dentro y de darse cuenta de que las adicciones no son solo de sustancias. 

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