Hace apenas 25 años llegaba a las salas de cine una película de aventuras que parecía tenerlo todo para funcionar. El guerrero nº 13 de John McTiernan, una adaptación del libro que Michael Crichton, autor de Parque Jurásico entre otras, había publicado en 1976 bajo el título Devoradores de cadáveres que no cumplió con lo que se vaticinaba para ella. Con el tiempo se ha acabado convirtiendo en una película de culto, pero en el momento fue víctimas de increíbles tensiones entre su director y el autor de la novela que acabaron afectando directamente al resultado final del filme.
Tal fue el mal rollo que se generó durante el proceso de realización de la película que el propio John McTiernan acabó abandonando en plena etapa de postproducción y tuvo que ser Crichton en solitario quien terminase de editar la película, lo que acabó tendiendo importantes consecuencias. Además, el autor decidió rechazar la música compuesta originalmente por Graeme Revell y recurrió a Jerry Goldsmith.
El resultado comercial de El guerrero nº 13 en 1999 fue un desastre y, de hecho, se encuentra entre los mayores fracasos en la historia de la taquilla estadounidense. Inflada por un presupuesto de producción que se había disparado a 160 millones de dólares, la cinta ni siquiera recaudó 33 millones de dólares en la taquilla estadounidense y acabó teniendo unas ganancias globales de poco más de 60 millones. Las pérdidas se estimaron entonces entre 129 y 137 millones de dólares.
Hace 25 años se estrenó uno de los mayores fracasos de todos los tiempos: los primeros 18 segundos de la película de aventuras revelan qué salió malEl choque de visiones entre ambos profesionales, muy reputados en la industria, hizo mucho daño a la película y, años después de su fracaso, en 2013, Mc Tiernan reconocía en una entrevista con nuestros compañeros de AlloCine que seguía sintiendo mucho pesar respecto a lo ocurrido a pesar de que hubieran pasado 14 años: "Hubo muchos problemas con esta película. A veces pasa… Y no prefiero hablar de mi visión de la película, prefiero no abordar este capítulo…".
Sin embargo, Mc Tiernan sí compartió con la publicación cómo había imaginado realmente el final de la película, que era diferente al que finalmente se rodó.
"Quería rendir homenaje a la película Zoulou de Cy Endfield; la reconstrucción de la batalla de Rorke's Drift... Quedan tres supervivientes que deben enfrentarse a miles de atacantes. Sabemos que no resistirán otro asalto. Miran a todos estos zulúes reunidos a su alrededor, y uno de los supervivientes les grita: '¿Por qué nos torturan así? ¡Ven y acaba con nosotros!", relató el director. "Y uno de sus compañeros de armas responde: 'No entiendes nada, saludan nuestro coraje'. Y se produce la retirada de los zulúes... Entendemos entonces que estaban cantando una canción a los tres supervivientes lo suficientemente valientes como para seguir luchando aunque la batalla estuviera perdida... Es un final fabuloso. Y eso es lo que me hubiera gustado hacer en El guerrero nº 13".
Desafortunadamente, el cineasta no pudo completar su visión artística para la película y la escena nunca llegó a rodarse porque fue Crichton quien completó el largometraje. Al parecer incluso existieron dos finales: después de que la bestia que ataca a los vikingos fuera derrotada, Crichton decidió incluir una secuencia de acción innecesaria durante unos segundos.
Pese a su fracaso, con el tiempo el filme ha desarrollado una sólida base de fans.
